Capítulo 44

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Por fin se terminó el concierto. Había sido una tarde de locos preparando todo y siguiendo a los chicos de un lado a otro, no había tenido tiempo de pasar ni dos minutos seguidos con Jimin.

Cuando llegué al hotel después de gestionar unas cosas con los supervisores del evento, asumí que Jimin estaría descansando en su dormitorio. Esa vez había estado entre bambalinas y había visto como les habían tenido que poner oxigeno mas de una vez... que locura...

Mañana partíamos a México, era un viaje que me inquietaba mucho, había decidido llevar puesta mascarilla en la medida de lo posible, así evitaría que pudieran reconocerme a simple vista. Hacía ya muchos años que no visitaba México. No quería que mi madre se enterara de que estaba por allí, principalmente porque me obligaría a llevar a uno de sus guardaespaldas y obviamente eso era algo que no podría explicar a ninguno de mis compañeros, a Jimin o a los chicos. Después de los ataques del acosador y también por ser su hija, mi madre me ponía escolta cada vez que pisaba el país, 

- ¡Que susto! – grité cuando entré en mi cuarto y vi a Jimin tendido en la cama mirando el móvil.

- Hola a ti también – me dijo en respuesta con una preciosa sonrisa – estoy viendo tus fotos de Instagram... ¿a ti no te falta el dinero verdad? – me había pillado, era justo ser sincera con él. En la medida de lo posible.

- No, la verdad es que trabajo por placer – es lo mismo que le había dicho a las chicas – mi familia tiene dinero y yo he hecho algunas inversiones que me han ido bien, así que no me puedo quejar – ninguna mentira iba en esa confesión.

- La verdad es que nadie lo diría – no sabía si tomarme eso como un cumplido o una crítica. Debió de ver en mi cara mi desconcierto cuando añadió – no vistes con ropa cara, ni te das muchos lujos – puntualizó.

- Ya, es que no me gusta derrochar el dinero – y era verdad, odiaba derrochar en estupideces como ropa por ejemplo - ¿Qué tal estas? He visto cómo te ponían oxígeno varias veces.

- Eso es habitual, no te preocupes – pero se le veía un poco demacrado y cansado, muy cansado – ven a la cama conmigo – dicho aquello me quité la ropa y me puse la camiseta de dormir ante sus ardiente mirada.

- Hoy no vas a tener sexo conmigo – le dije mientras me metía bajo las sabanas con él. Estaba muy cansado y yo había sido la culpable de que la noche anterior no descansara.

- Pero si yo... - le tapé los labios con los míos y le besé con cariño. No había desesperación y lujuria en ese beso, era solo puro sentimiento y él contestó con lo mismo... que difícil iba a ser no enamorarme de aquel chico.

Nos besamos durante un rato, nos abrazamos y yo le acaricié el pelo hasta que cayó dormido sobre mi pecho. Yo no tardé mucho en quedarme dormida también, no sin poner la alarma a las seis para que él pudiera regresar a su cuarto sin levantar sospechas o que alguien nos viera.

Encontré una EstrellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora