Desperté en el hospital y no recordaba nada de lo que había pasado, a mi lado en un sillón estaba Kwang y no me lo podía terminar de creer ¿Era una visión?
- ¿Qué haces aquí? – pregunté con la boca tan seca como un desierto.
- ¿Estás bien? – preguntó levantándose y acercándose a la cama – voy a llamar al médico – dijo pulsando compulsivamente la perilla que había sobre mi cama. Al momento aparecieron dos médicos y un policía. Me asusté.
- ¿Qué ha pasado? – pregunté. Uno de los médicos me dio un poco de agua al escuchar mi ronquera.
- Has estado a punto de ser la víctima de algún depravado – según dijo eso el policia me puse súper nerviosa y miré a Kwang para que explicara mejor, pero él los miraba con una expresión en blanco. Luego me di cuenta de que estaban hablándome en español y él no se estaba enterando de nada. Mejor... - este chico te salvó y redujo al tipo, necesitamos que presentes denuncia – aclaró por último.
- Dios... no me acuerdo de nada... - les dije. El policía me dio el teléfono, me indicó como presentar la denuncia y me dejó hablando a solas con los médicos.
Kwang se mantuvo al margen idiomáticamente hablando mientras uno de los médicos, el más joven me explicaba que habían encontrado cierta droga en la analítica que me habían hecho y que era normal que no recordara nada. Me dieron el alta y fue cuando se marcharon cuando por fin miré a Kwang y me eché a llorar como una niña. Él se acercó a la cama y me abrazó sin preguntarme nada. No se cuánto tiempo pasamos así, pero para mí ese abrazo fue lo más reconfortante que me había pasado en meses.
- Casi me violan o me matan... - le dije todavía en estado de shock. Él se tensó visiblemente enfadado - ¿Cómo me encontraste? ¿Cuándo has llegado?
- Llegué ayer por la tarde y me pasé todo el día siguiéndote la pista, pero nunca estabas cuando llegaba, tu hermano me dio tu dirección y el nombre de los sitios que frecuentas – me explicó.
- ¿Por qué no te dio mi número de teléfono? – le pregunté sorprendida.
- Porque según él le hiciste prometer que no daría tu número de teléfono a nadie – espetó con frustración y enfado. Yoon siendo siempre tan literal...- pero no dijiste nada de tu dirección así que él sabía que venía a Madrid y una tal Carla había hablado con él, le había dicho que estaba preocupada por tu comportamiento – esa bocazas iba a pagarlo caro... aunque si no llega a ser por ellos Kwang no me hubiera encontrado esa noche.
Alguien irrumpió en la habitación de hotel como un elefante en una cacharrería. Adrián seguido de Carla. Ambos estaban histéricos.
- ¿Qué demonios ha pasado? – preguntaron atropelladamente mientras se acercaban a la cama. Estaban montando un alboroto considerable.
- ¿Quién eres? – preguntó Adrián a Kwang que no entendió ni papa.
- Es un amigo, habla inglés – aclaré y mis amigos que están muy acostumbrados cambiaron el idioma para incluirle.
- ¿Cómo os habéis enterado? – les pregunté curiosa. Si Kwang no les había llamado... ambos se miraron nerviosas - ¿Qué pasa?
- Ha salido en las noticias... - ¡Qué coño! Cogí el teléfono que me tendía Carla. Estaba en primera página. Mis padres iban a sufrir un infarto.
- Intento de secuestro y violación a Hanna De La Vega... - leí mientras se me ponían los pelos de punta – ¿estado grave en el hospital? – seguí leyendo sin dar crédito- ¿Habéis llamado a mis padres? – Carla asintió nerviosa.
- Vienen hacia aquí – dicho aquello y como si le hubieran convocado entro mi padre en la habitación del hospital. Su cara estaba desencajada. Según me vio me abrazó con fuerza y dio gracias a Dios como unas mil veces.
Esa mañana fue agotadora. Había conseguido convencer a mi madre para que no viniera desde Bogotá, tuve que hacerle una videollamada y enseñarle cada parte de mi cuerpo. Había periodistas a la salida del hospital. Mi padre había dicho a los medios que yo estaba bien y que todo había quedado en un susto, pero no se habían quedado conformes y seguían ahí esperando carnaza. Si se pensaban que yo iba a dar alguna declaración iban listos.
- ¿Tienes donde quedarte? – le pregunté a Kwang que seguía allí. Mis amigos se habían tenido que ir.
- No, había pensado coger un hotel por el centro – me dijo en coreano ya que estábamos solos. Entre él y yo ya nos era muy complicado hablar en inglés, era extraño pero ambos nos encontrábamos mejor usando el coreano.
- Pues ya tienes alojamiento, te quedas en mi casa – le dije mientras me levantaba de la cama.
- ¿En serio? No me importa ir a un hotel... ¿Seguro que estas bien? – preguntó agarrándome por los hombros.
- Pues la verdad es que como no recuerdo nada y no me duele más que el golpe de la cabeza... me encuentro bien - tenía una pequeña sutura en la cabeza de un golpe en el suelo al caerme o eso me había dicho Kwang.
- Creo que vas a necesitar esto – me dijo dándome su sudadera y sus gafas de sol.
- Pues tengo el uber en la puerta así que vamos – dicho aquello recogimos y una vez vestida con la sudadera encima del vestido, subí la capucha y me coloqué las gafas.
Cuando salimos del hospital varios medios nos hicieron alguna foto, pese a que yo llevaba la cara medio tapada y a Kwang abrazándome contra él, estaba segura de que habrían cogido alguna imagen jugosa para publicar. Solo esperaba que aquello no llegara a Corea.
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Encontré una Estrella
Fiksi PenggemarImaginad que os quedáis atrapadas en una escala en Qatar y conocéis a un chico, el anonimato, el retraso del vuelo y unas copas, hacen que paséis una noche de pasión como nunca antes la habíais tenido. Cuando llegáis a Corea para una entrevista de t...