Dominio [Catradora]

Orgullo y prejuicio

Con una suave brisa acariciando su rostro, Adora sobrevuela los Bosques Susurrantes mientras monta a su leal corcel. Aunque las cosas finalmente terminaron a su favor, no puede evitar sentirse sumamente decepcionada de sí misma; después de todo, ha sido la suerte quien ha orquestado su reciente victoria, con un pequeño empujón de su parte. De no haber sido por la ingenua compunción de Bow, y el enigmático vínculo que le une con Swift Wind, el resultado habría sido muy distinto.

«Una imprudencia de mi parte que no debe repetirse, mi dominio sobre Etheria no puede depender de la suerte. Debo ser contundente y precisa con cada golpe, todos mis movimientos deben ser fríamente premeditados», piensa entonces, intentando procesar la humillación como un aprendizaje más en su camino hacia el orden.

—¿Estás bien, Adora? —termina por preguntar su acompañante —. Llevas un rato sin decir una sola palabra.

—Lo siento, Swifty —responde la rubia, cediendo su transformación para regresar a la normalidad —. Solo medito sobre los días por venir.

—¿Realmente piensas invadir Luna Brillante?

Adora puede percibir la zozobra en sus palabras. De momento, la lealtad de Swift Wind reposa sobre su persona, no sobre su causa.

—Luna Brillante no es mi prioridad ahora mismo, solamente quería asustarlos un poco; conquistar sus miedos es ganar la primera batalla.

—¿Y qué batalla sigue en tu lista?

—La que nos espera en casa.

Mientras conversan, los Bosques Susurrantes comienzan a quedarse atrás, dando paso a las insípidas planicies que rodean la Zona del Terror. Allí, Adora se sobresalta ante la repentina mención de su nombre... «Al fin te encuentro, Adora», resuena dentro de su cabeza, se trata de una voz que conoce muy bien.

—Shadow Weaver —murmura en respuesta.

Al bajar la mirada, consigue divisar a una de las sombras mágicas de su mentora. Con un suspiro, la rubia ordena a Swift Wind que desciendan.

—Veo que conseguiste escapar por tu cuenta —expresa la sombra. Al tenerle de frente, esta toma la forma de la hechicera —. No esperaba menos de ti.

—Siguiendo en línea recta desde la Zona del Terror, esta sombra llegaría a Mystacor —contesta la joven, bajando de su corcel —. ¿Cómo supiste que estaba allí?

—Oh, Adora... ¿de dónde crees que sacaste ese ingenio tuyo?

El hecho de que Shadow Weaver haya deducido su paradero es prueba de que, hasta cierto punto, resultaba evidente, cosa que no le hace sentir mucho mejor con respecto a lo sucedido.

—Catra mencionó a un... "caballo mágico con alas" —añade la mayor, con un tono bastante más despectivo —. ¿Entiendo que se trata de esta criatura?

—Se trataba de un caballo común, yo lo transformé accidentalmente con la Espada de la Protección, poco tiempo después de haberla encontrado. Di hola, Swifty.

—Ahm...

No sin cierto recelo, el corcel se acerca a la siniestra figura y sonríe con timidez.

—Hola, mujer espeluznante...

Shadow Weaver se limita a entrecerrar los ojos con irritación, para seguidamente regresar la mirada hacia su protegida.

—Hablaremos sobre tu nueva mascota en otro momento. Ahora... con respecto al plan que has trazado a mis espaldas...

—Hm, supongo que Catra también te habló sobre eso —responde Adora, sin mostrarse particularmente arrepentida por verse descubierta.