Hora de partir

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—Shadow Weaver, ¿me escuchas? —pregunta Catra, sentada en el borde de su cama con un comunicador entre sus manos.

—Te escucho —responde su mentora a la brevedad.

—Los preparativos para nuestro viaje están listos, partiremos dentro de una hora desde el aeródromo.

—Entendido.

—Bien, nos vemos.

Al apagar el comunicador, la felina deja escapar un suspiro y se pone de pie, volteando la mirada hacia atrás para encontrarse con la de su amada. Adora se encuentra acostada sobre la cama, con su piel desnuda apenas cubierta por algunas sábanas blancas.

—Supongo que llegó el momento de decir adiós —comenta la rubia, irremediablemente desanimada —. Al menos hasta que regreses convertida en una hechicera temible.

—Ya soy temible, solo me falta ser hechicera —responde Catra, riendo juguetonamente mientras se dirige hacia su armario.

—¿Sabes a qué tipo de entrenamiento deberás someterte?

—Nope. Algo aburrido, sin duda.

—Sea lo que sea, estoy segura de que podrás con ello.

«Me gustaría poder decir lo mismo», piensa la felina, abriendo las puertas del armario para extraer su uniforme. Quisiera sentirse más segura de sí misma, rebozar en confianza como cuando dirigió sus tropas sobre Mystacor; sin embargo, la cruda realidad es que ahora se dirige hacia lo desconocido, y no existe un miedo más primordial que el evocado por lo desconocido.

—¿Sabes? —termina por responder, mientras se coloca su chaqueta —. Puede que no sea la misma cuando regrese.

—Puede ser. ¿Eso te preocupa?

—¿A ti no? Quiero decir, si me convierto en una persona distinta a causa de la magia, ¿eso no cambiaría también nuestra relación?

Adora puede percibir cierto resquemor en su tono de voz, pero no quiere ofrecerle consuelo con palabras vacías; al menos en lo que a su preocupación respecta, considera que una verdad cruda es preferible a una mentira piadosa.

—Todo cambia, Catra —responde con franqueza —. El mundo, las personas y las relaciones; eso, desde luego, nos incluye a nosotras.

—¿Qué hay del amor que sientes por mí?, ¿cambiará también?

—Oh, sin duda. Cambia constantemente, porque no deja de crecer.

—¡Sabía que saldrías con tus cursilerías! —exclama Catra al instante, recobrando el buen humor con una sonrisa dibujada en el rostro, adornada por dos mejillas sonrojadas.

—Un poco de azúcar para el viaje —agrega Adora, guiñando el ojo con gallardía —. ¿Estás lista para esta nueva aventura?

—Sí, eso creo. ¿Qué hay de ti?, ¿con qué te mantendrás ocupada? Ya sabes, aparte de tus dichosas reformas.

—Hm, no lo sé.

Mientras Catra termina de colocarse su uniforme, Adora considera su pregunta por algunos instantes. Es probable que sus "dichosas reformas" consuman por sí solas gran parte de su tiempo, pero lo cierto es que, sin ninguna invasión próxima en sus planes, tiene una oportunidad de oro para dirigir su atención hacia otros asuntos.

—Ahora que lo dices, tenía pensado visitar el Castillo de Cristal —añade entonces —. Me gustaría aprender más sobre She-Ra, conocer el alcance de sus habilidades y, eventualmente, dominarlas por completo; para ello, creo que voy a necesitar la colaboración de Light Hope.

Dominio [Catradora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora