Brote de Nirvana

1.3K 185 51
                                    

Habiendo colocado el disco en su sitio, Adora presiona uno de los botones en la mesa para encender el proyector holográfico, mostrando a sus compañeras una escena que, si bien ya vio con anterioridad, igualmente le produce un amargo desazón.

La proyección muestra a Perfuma en su sala de estar, recostada sobre su mesa del té como si estuviese tomando una siesta; sin embargo, conforme algunos sollozos se vuelven audibles, resulta evidente que está llorando. La desalentadora escena provoca que Scorpia sienta un nudo en la garganta, sensación que empeora cuando su llanto se vuelve más intenso y desgarrador; en ese momento, lo único que puede pensar es: ¿por qué no estuve allí para ella?

Paradójicamente, quien menos preocupada luce al respecto es la propia Perfuma, que observa la grabación sin pena ni gloria, como si fuera otra persona la que se derrumba ante sus ojos.

—No puedo soportarlo más... —lamenta su "yo" de hace apenas un día.

Paulatinamente, entre sollozo y sollozo, la desdichada princesa levanta el rostro para observar la rara colección de flores que yace sobre la mesa, tan solo para volver a ocultar el rostro y continuar desmoronándose. En cierto punto, sin embargo, tras contemplar las flores por algunos instantes, Perfuma hace un esfuerzo por limpiar sus lágrimas y ponerse de pie.

—Por favor, necesito que esto funcione.

Entonces, extendiendo ambos brazos sobre la mesa, utiliza su poder mágico para realizar un injerto entre dos de esas flores, añadiendo rápidamente una tercera, y una cuarta; eventualmente, todas las flores parecen haberse fusionado en una sola, de mayor tamaño y con brillantes pétalos violáceos.

—Se parece... a la que usamos para transportarnos hace un rato —murmura Scorpia, quien se inclina hacia adelante para verla más de cerca.

—Así es —confirma Adora —. Le bastó crear una para hacer florecer más con sus poderes.

Perfuma no dice nada al respecto, tan solo se limita a observar en silencio, a la espera de aquello que sabe sucederá; o mejor dicho, que ya sucedió.

Su proyección holográfica estira la mano para apropiarse de tan extraña flor, examinando brevemente su experimento antes de ponerlo nuevamente sobre la mesa. Aunque parece dudar sobre lo que está a punto de hacer, su profunda tristeza consigue despejar esas dudas, por lo que rápidamente toma uno de los pétalos y se lo lleva consigo, fuera del rango de visión de la cámara; al cabo de algunos minutos, esta regresa con una taza de té entre sus manos, para finalmente sentarse sobre el sofá.

—Ya no hay vuelta atrás —murmura con pesar, observando su reflejo en el misterioso brebaje. Sus labios parecen murmurar algo más, pero el micrófono de la cámara no consigue captar lo que ha dicho.

Es entonces que Perfuma finalmente se anima a beberlo, no con la mesura y elegancia con que bebería cualquier otro té, sino con el afán de quien se ha perdido en el desierto y no ha probado una gota de agua en días. Al acabar, su ansiedad aumenta lo suficiente como para que la taza se le resbale de las manos y se haga pedazos contra el suelo, momento en el que decide recostarse nuevamente sobre la mesa, batallando consigo misma para no caer presa del llanto.

El triste recuerdo de Perfuma se debate entre sollozo y sollozo por un rato más, hasta quedarse dormida sobre sus propias lágrimas. Llegadas a ese punto, Adora regresa a los controles para adelantar la grabación cerca de una hora, justo cuando despierta de su siesta.

—Nada como un sueño reparador... —manifiesta al despertar, estirando ambos brazos con una sonrisa radiante dibujada en el rostro.

Acto seguido, la princesa se pone de pie y echa un rápido vistazo a su alrededor, pero ni la flor, ni tampoco los fragmentos de porcelana que sobrevivieron de su taza, ningún vestigio de lo que ocurrió recién parece llamar su atención; para ella, el pasado ha debido quedarse en el pasado, para que su 'yo' del presente pueda poner miras hacia el futuro.

Dominio [Catradora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora