Dominio [Catradora]

La Horda te necesita

—Antes de entrar en materia, un breve comunicado —manifiesta Adora, apoyando el mentón sobre sus manos —. Como habrán podido notar, nuestros prisioneros de Mystacor ya han sido puestos a trabajar. He designado un almacén para su alojamiento, en donde serán custodiados por un destacamento especial.

—Todos llevan un número grabado en el pecho; a partir de ahora, esos serán sus nombres —agrega Catra, reclinándose en su asiento para subir los pies sobre la mesa —. Para hacer uso de ellos, solo deben ir al almacén y solicitar los números que necesiten.

Perfuma siente un nudo en la garganta al escucharles, hablando de esas personas como si no fueran más que herramientas. Pensando que es tan buen momento como cualquier otro para plantear su propuesta, la joven princesa levanta tímidamente la mano antes de hablar.

—D-Disculpen... quisiera...

—Preguntas y comentarios para el final. Gracias —le interrumpe Adora, volteando la mirada hacia su amada co-gobernante —. Ahora, con respecto al motivo de nuestra reunión.

Aunque parecía relajada al principio, Catra se muestra algo tensa al convertirse nuevamente en el foco de atención, cruzándose de brazos con un suspiro cansino.

—Solo para que lo sepan, voy a arrojar por la ventana a quien se ría por lo que estoy a punto de decir —advierte la felina —. No quiero alargarme demasiado, así que iré directamente al grano. Mientras nos encontrábamos en Mystacor, Shadow Weaver y yo descubrimos que existe algún tipo de magia en mi interior, una que hasta ahora había pasado desapercibida.

—¿Cómo dices?, ¿magia? —pregunta Scorpia, visiblemente asombrada.

—Preguntas y comentarios para el final. Gracias —insiste Adora.

—Ah, lo siento...

—En fin —retoma Catra, volteando sus brillantes ojos heterocromáticos hacia la hechicera veterana —. No tengo la menor idea sobre cómo utilizar este poder, pero he decidido que quiero aprender; es por eso que, al cabo de una semana, Shadow Weaver y yo volveremos a Mystacor para comenzar con mi entrenamiento.

Pese a llevar el rostro cubierto con una máscara, Catra podría jurar que su mentora está sonriendo; sea eso cierto o no, Shadow Weaver se pone momentáneamente de pie.

—Has tomado la decisión más sensata —expresa entonces, levantando ambas manos en un gesto de grandeza —. Conmigo como tutora, muy pronto alcanzarás...

—Preguntas y comentarios para el final. Gracias —le interrumpe Adora, quien parece estar perdiendo la paciencia.

Shadow Weaver se resiente por ser tratada como las demás, pero al contar ya con el visto bueno para moldear el inmensurable poder mágico de Catra, decide guardar silencio y regresar a su asiento.

—Sobre este asunto, una última cosa —retoma la rubia —. Ahora que la magia se ha vuelto de mayor interés para nosotras, necesitamos que nuestro acceso a Mystacor sea más rápido y eficiente. Sé que tomará tiempo, pero quiero acercar la isla tanto como se pueda a la Zona del Progreso.

Dicho lo cual, esta da la señal para que Lonnie encienda el proyector instalado en el centro de la mesa, mostrando así el holograma de un mapa que Perfuma reconoce al instante; se trata de una versión más elaborada de los planos que Adora le mostró en Plumeria.

—Y hablando de la Zona del Progreso —prosigue Adora, cuya expresión parece suavizarse al ver su proyecto plasmado sobre la mesa —. Mientras Catra y compañía se encuentren fuera, yo me quedaré para supervisar las "remodelaciones" del territorio hordiano, aprovechando los nuevos recursos que hemos adquirido. Esto era más o menos sabido por todas, lo sé; la novedad es la siguiente.