Dominio [Catradora]

Lo mismo de siempre

Una creciente tensión se hace presente entre la mirada de las jóvenes hordianas, como una corriente eléctrica que podría hacer corto circuito en cualquier momento; pero, para bien o para mal, esta se ve interrumpida cuando el holograma de los Primeros detecta la reciente transformación.

—Administrador detectado. Bienvenida, She-Ra —expresa, mostrándose finalmente operativo.

Como si le avergonzara que una inteligencia artificial le mire en una posición tan bochornosa, Catra salta finalmente de los brazos de su compañera, intentando despejar su mente sobre lo que acaba de ocurrir.

—Como sea, mientras terminas con tus asuntos she-rescos, buscaré la pieza de tecnología por la que vinimos en primer lugar —resuelve la felina, dándose media vuelta para explorar la habitación.

—Ten cuidado... —responde Adora, resignándose a continuar con la misión —. Las ruinas de los Primeros suelen tener trampas ocultas.

—A diferencia de tus amiguitos de la Rebelión, yo no soy tan descuidada como para caer en una trampa.

«Como tú digas», piensa la rubia, volteándose hacia el holograma con una sonrisa discreta. Ahora que este parece reconocerle, es hora de obtener respuestas.

—Quiero saber más sobre la Espada de la Protección —ordena entonces, repitiendo su solicitud.

—Una de las muchas funciones de la Espada de la Protección es sanar y restaurar el balance.

—Sé más específica, ¿qué funciones concretas tiene la espada?

—Consulta no reconocida.

Con un suspiro cansino, Adora piensa en cómo reformular la pregunta.

—Quiero conocer todas las funciones de la espada. Debes de tener una lista en alguna parte.

—...

—...

—Una de las muchas funciones de la Espada de la Protección es sanar y restaurar el balance.

Para este punto, el esfuerzo que debe hacer para no lanzar su espada contra la pared es... considerable.

—Escúchame bien, máquina inservible... —profiere entonces.

Sin embargo, antes de poder completar su amenaza, Adora se ve repentinamente abrumada por otra de sus visiones; a su mente vienen imágenes que no recuerda haber visto antes, pero que le despiertan cierta familiaridad. Puede ver paisajes cósmicos tan majestuosos e imponentes que no podrían ser producto de su imaginación, y al final de todo, una mujer...

—Déjame hablar con Light Hope —ordena, volviendo a la realidad.

La instrucción parece tener el efecto deseado, pues el holograma se distorsiona un poco al escucharla.

—¿Light Hope?

—Ya me oíste, dime en dónde está.

—Light Hope está aquí, ha estado esperándote.

—Por fin. Necesito hablar con ella ahora mismo.

—La vas a conocer muy pronto, pero primero... debes dejarte ir.

La rubia arquea su ceja en notable confusión, comenzando a perder la poca paciencia que le queda.

—¿Dejarme ir? —cuestiona, alzando un poco la voz —. ¿Eso qué demonios significa?

—Aún no estás lista, debes... dejarte... ir...

Mientras Adora lucha contra el creciente impulso de golpear un cuerpo intangible, a su espalda, Catra cree haber encontrado lo que buscada. Esta yace frente a una pequeña y brillante pirámide de metal, y en el centro de esta, se encuentra incrustada una pieza de tecnología de los Primeros.