Operación: Mystacor

2.2K 308 95
                                    

Una rabia inexplicable se apodera de Catra conforme avanza por los sombríos pasadizos de su nave, completamente indignada por la súbita ausencia de Shadow Weaver en la sala de control. «Esa anciana me ha fastidiando durante todo el viaje, y justamente decide ausentarse cuando estamos a las puertas de Mystacor. ¿Acaso intenta sabotearme?», reprocha la felina para sus adentros, convencida de que una acalorada discusión es lo que le espera al final del pasillo.

La conducta de su mentora le resulta en extremo irritante, sin duda; pero, muy en el fondo, Catra reconoce que no es el único motivo de su estrés. Ha pasado ya una semana desde que ascendió al poder, y aunque nadie haya desafiado su autoridad desde entonces, sabe que no evoca el mismo respeto que Adora... no es su nombre el que claman las tropas, sino el de She-Ra. Es por eso que salir vencedora de Mystacor se ha convertido en una necesidad, porque no se trata de una simple misión de conquista, se trata de una prueba... una oportunidad para que todos, hordianos y rebeldes por igual, aprendan a respetar su nombre.

Shadow Weaver bien podría ser la primera en aprender esa lección; sin embargo, cuando Catra se halla finalmente frente a su cabina, la rabia que venía acumulado se desploma al instante. «¿Qué está pasando allí dentro?», se pregunta, apoyando su oído agudo contra la puerta; del otro lado, escucha con claridad un sollozar débil y tortuoso.

Quizá debería darse media vuelta, volver a la sala de control y simplemente proseguir sin ella; no obstante, algo en su interior le insta a presionar el interruptor para abrir la puerta.

—¿Estás bien? —interroga entonces, aparentando indiferencia.

—Catra...

Shadow Weaver yace de espaldas, apoyándose forzosamente sobre una improvisada fuente de meditación. Esta gruñe al ver invadida su privacidad, colocándose su máscara antes de devolverle la mirada.

—Creí haberte enseñado a tocar la puerta —añade entonces, haciendo un esfuerzo para enderezarse.

—Es mi nave, puedo ir donde quiera, y cuando quiera —proclama la felina con severidad —. Ahora, responde mi pregunta.

—Lo que pase conmigo no es de tu incumbencia.

—Lo es cuando podría poner en riesgo nuestra misión.

—¿Ponerla en riesgo? —reclama la hechicera, volteándose con indignación —. Yo más que nadie deseo que esta operación tenga éxito.

Catra entrecierra los ojos con suspicacia mientras se lleva ambas manos hacia la cintura. Le resulta obvio que su antigua mentora sufre algún tipo de padecimiento, pero ahora mismo no tiene el tiempo para averiguar de qué se trata, ni tampoco la paciencia.

—Sala de control. Ahora —ordena sin más.

Shadow Weaver reciente esa actitud insolente con la que se ha visto obligada a lidiar; sin embargo, poner a Mystacor de rodillas es todo lo que le importa ahora mismo, por lo que, tragándose su orgullo, esta se limita a seguirle por el pasillo.

De regreso en la sala de control, ambas son recibidas por un grupo de miradas expectantes, y el enorme reino flotante se encuentra ya justo por debajo de la nave nodriza.

—¿Situación? —comanda Catra, regresando momentáneamente a su trono.

—Lideresa Suprema —responde Lonnie, a quien se le ha encargado la logística de la operación —. Hemos terminado con los preparativos, de acuerdo con el plan.

Complacida, la felina asiente en silencio y desliza su mano por los controles ubicados en el brazo de su trono, abriendo el canal de comunicaciones. En ese instante, un lente se enciende desde el respaldo del trono, proyectando un holograma con la figura de Scorpia.

Dominio [Catradora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora