Dominio [Catradora]

El caballo de la guarda

«Profilaxis, el arte de ver en el tiempo», reflexiona Catra, estudiando el tablero con detenimiento. Se supone que evite los planes de su oponente, pero ella solamente protege sus piezas, ¿su plan es defenderse sin más? Muy pronto descubre que no.

—Por su forma tan peculiar de moverse, el caballo es una pieza problemática. Nunca lo pierdas de vista —advierte Adora, lanzando el suyo al ataque.

—Eso es, teme al caballo —agrega Swift Wind, con la cabeza en alto.

La felina ignora sus comentarios. No es tan complicado, aunque amenaza a su reina, puede continuar con su plan de capturar al peón en f7; será un jaque, y como la reina defiende al alfil, tendrá que apartar a su rey. Eso es exactamente lo que ocurre, y entonces puede llevar a su reina a c4, evitando la amenaza del caballo sin desproteger a su alfil.

—Hablas mucho, pero ya perdiste un peón —dice al fin.

—Te entrego mi peón encantada, si a cambio me quedo con tu alfil —responde Adora, avanzando su peón a b5.

Catra se muestra inicialmente confundida, después sorprendida y, al cabo de un rato, irritada, muy irritada. El peón amenaza a su reina, el rey a su alfil, y no puede encontrar ningún movimiento que le permita conservar ambas piezas. En un intento desesperado por revertir la situación, mueve su reina hacia adelante para dar un jaque, pero eso solo empeora las cosas; Adora bloquea su ataque con otro peón, forzándola a retroceder, y entonces...

—Te dije que no lo perdieras de vista —reitera esta última, capturando con su caballo al peón en c2.

—¿¡Qué!?

El peón es lo de menos, ahora ese caballo infernal amenaza simultáneamente a su rey, a su reina y a su torre. ¿Cómo no lo vio venir? Retroceder a c3 habría sido suficiente para evitarlo, pero ya no hay vuelta atrás.

—¡Agh! Un estúpido error me costará la partida —admite enseguida, apartando a su rey con resignación.

—No —responde Adora, quien no duda en capturar a su reina —. La suma de tus errores te costará la partida. Primero, intentar ganar por la vía rápida; segundo, continuar con un plan que estaba condenado al fracaso; tercero, ignorar las debilidades en tu posición.