Maquinaciones hordianas

3.6K 452 102
                                    

Apreciando un bello paisaje de valles y montañas, Adora se mece suavemente sobre la red en la que es transportada, como si se tratase de una hamaca. Esta permanece gran parte del viaje en silencio, permitiendo que sus antiguos amigos digieran sus palabras; sin embargo, su imperturbabilidad se ve alterada cuando consigue divisar su destino en la distancia.... una isla flotante.

—Mystacor... —murmura entonces, con una mueca de disgusto.

Debió verlo venir con antelación. Resulta lógico que quieran combatir la magia de Shadow Weaver con la de los hechiceros de Mystacor, puede que se haya arriesgado de más al dejarse llevar hasta allí.

Tras atravesar la barrera mágica que rodea la isla, Swift Wind les lleva hasta una de las entradas principales, señalada por un vistoso arco de oro. Allí, el corcel desciende lentamente y deja la red sobre el suelo, para seguidamente bajar a su lado.

—Algo me dice que no me llevarán a la playa —comenta Adora, batallando un poco para ponerse de pie.

Realmente desea sorprenderles con la guardia baja, empuñando su espada para librarse de la red y tomar control de la situación. Para su mala fortuna, Bow logra ver a través de sus intenciones, y muestra una flecha que no recuerda haber visto en el pasado.

—Lo siento, Adora —expresa el joven, tensando su arco con la flecha —. Es por tu propio bien.

—Bow... espera...

Sin tiempo para alcanzar su espada, Adora se cubre con sus brazos al verle lanzar la flecha, solo para descubrir que esta ha aterrizado a sus pies... desde donde libera una nube de gas somnífero. «Creo que los subestimé», es todo lo que consigue pensar antes de caer de rodillas, para seguidamente desplomarse en el suelo, completamente noqueada.

Mientras tanto, a kilómetros de distancia en la Zona del Terror, Scorpia abre su corazón con Entrapta, relatándole algunas de sus últimas aventuras con Catra, y sobre la "fuerte" conexión que tiene con ella. La joven princesa apenas y le escucha, pues ha decidido aprovechar el tiempo de espera para realizar algunos ajustes a Emily.

—¿Has conocido a alguien con quien conectes de inmediato? —pregunta la mayor.

—Sí, así me pasó con Emily.

—Es algo increíble, creo que tenemos mucha suerte de...

—¡Escúchenme bien! —le interrumpe una voz a sus espaldas.

Tanto Scorpia como Entrapta se sobresaltan ante la repentina llegada de Catra, quien se sacude algunas hojas del cabello al entrar a la habitación. Esta se ve agitada, enlodada y exhausta, pero por sobre todas las cosas, se ve muy molesta.

—¿Qué te pasó? —interroga Scorpia, abrumada por la preocupación —. ¡Estás sucia!, ¿estás bien?, ¿necesitas primeros auxilios?, ¿necesitas ser amamantada tiernamente hasta sanar?

—Hazte a un lado, no tengo tiempo para tus tonterías.

Apartándole con desdén, la felina avanza para encarar a Entrapta. Lo cierto es que todavía desconfía de ella, pero Adora apostó a que puede serles de utilidad, por lo que no tiene más remedio que intentar cosechar los frutos de dicha apuesta.

—Quiero armas, ¡ahora! —demanda, entregándole el cristal con brusquedad.

—Un cristal de datos intacto... nunca había visto uno preservado tan bien... —comenta la científica, maravillada por lo que ven sus ojos —. Esto podría cambiar el juego, ¡quién sabe qué secretos pueda contener!

—Más te vale averiguarlo rápido, tenemos prisa.

—No lo entiendo —comenta Scorpia, notablemente confundida —. ¿Qué está pasando?, ¿en dónde está Adora?

Dominio [Catradora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora