Era un día común y corriente como otro más, uno donde Yeonjun se despertaba como siempre, decaído.
Cosa que se le pasó cuando se levantó y se dirigió al baño, siendo que en el camino decidió abrir la puerta de la habitación conjunta a la suya, para posteriormente sonreír ante la linda imagen de su hijo durmiendo.
—Sunoo... Levántate... —dijo acercándose al pequeño cuerpo que descansaba en la cama en forma de carrito que había comprado hace un año
El niño se quejó y se removió, pero luego de unos minutos se despertó para luego sonreírle a su padre. Mismo con el que realizó la misma rutina que tenían todos los días.
Irse a asearse, cambiarse, peinarse, alistarse para la escuela y en el caso de Yeonjun, alistarse para la universidad y el trabajo. Y por último desayunar juntos para de ahí, caminar hasta la escuela del pequeño Sunoo.
Lugar en el que Yeonjun dejaba a su hijo de lunes a viernes.
El alfa se despedía con una sonrisa de Sunoo y luego se iba a su universidad, perdiendo la alegría conforme llegaba a la institución.
Choi Yeonjun era un alfa común como otros con la pequeña excepción de que él contaba con una historia algo triste.
Yeonjun había nacido en Seúl, con una familia como otras, amorosa. Creció sin que nada le falte y cuando entró a la secundaria conoció al omega más lindo que había conocido, un chico hawaiano.
Se llamaba Huening Kai.
Él era menor que el alfa por un año y era alguien tan dulce con todos que rápidamente se volvió amigo de Yeonjun.
Ambos conectaron de una forma de inmediata y para el siguiente año, se volvieron pareja.
Sus familias los apoyaban y se agradaban mutuamente. Hasta que a los 16 y 17 años respectivamente, cometieron un error.
Huening Kai quedó en cinta.
Los padres de Yeonjun lo corrieron de su casa, siendo que los únicos que lo apoyaron fueron los padres del omega. Aunque estos también le tuvieron cierto recelo al alfa, aun así, no dejarían de apoyar a su hijo.
Yeonjun prometió cuidar de Kai cuando al segundo mes de embarazo se marcaron mutuamente. Y así fue, el alfa cumplió y buscó un trabajo de medio tiempo, él atendió y complació al omega durante todo el embarazo. Pero lamentablemente Kai era un omega débil, y al ser tan joven no resistió el séptimo mes.
Comenzó a tener dolores y malestares, siendo que durante una noche todo llegó a su fin, cuando el omega se despertó con un fuerte dolor y sangrando.
Lo llevaron de emergencia al hospital y ahí les dijeron que estaba presentando una amenaza de aborto. Siendo que por esto le harían una cesárea de emergencia.
Ambos chicos aceptaron, pero justo antes de que Kai ingresara a la Sala de Operaciones. El omega le dijo que priorizara a su hijo, como si supiera lo que pasaría despues.
Yeonjun le dijo que así lo haría, cosa que cumplió cuando el doctor le dijo que solo uno sobreviviría.
Él no quería, pero se lo había prometido y dijo que salvaran principalmente a su hijo, pero que hagan lo posible por salvar a su omega.
El doctor solo le dijo que haría todo lo que pudiese.
Yeonjun tuvo fe de que ambos saldrían bien, tuvo esperanzas cuando escuchó el llanto de su bebé y aún sentía a su omega con vida, pero supo unos minutos después que todo había terminado cuando escuchó a su lobo aullar porque su lazo se había roto y del otro lado ya no se sentía más que puro vacío.
Esa noche el alfa sufrió como nunca a pesar de que sabía que debía estar feliz porque su hijo estaba sano y aunque un poco débil por salir antes, con un tiempo en la incubadora todo estaría bien.
Aun así, él no pudo estar más que deprimido.
Los Huening lo botaron de su casa, lo odiaban, ellos pensaban que por su culpa su hijo había muerto.
Y sinceramente... Yeonjun realmente sentía que era así.
Choi se deprimió tanto que intentó suicidarse más de una vez, pero siempre se detenía cuando pensaba que dejaría solo a su hijo.
Le tomó tiempo superar el duelo, pero se esforzó por lograrlo. Terminó la escuela y se metió a la universidad mientras que a la vez trabajaba de medio tiempo en cualquier lugar que lo aceptara.
Logró alquilar un pequeño departamento medianamente barato en una zona modesta, y fue ahí donde llevó y crio a su hijo al que nombró Sunoo.
Cada día sentía que era un asco, pero siempre se animaba cada que veía o escuchaba a su pequeño.
Nunca volvió a tener una pareja. Y es como lo haría si era un alfa soltero con un lazo roto por la muerte de su omega, con un hijo de cuatro años. En definitiva, eso no atraía a ningún omega.
Aunque sinceramente Yeonjun nunca buscó a alguien más, no lo necesitaba, no lo quería... Su corazón aún estaba con aquel omega que años atrás había perdido.
Y por muy triste que suene... Yeonjun estaba bien con eso, ya no buscaba a nadie y se había resignado a estar solo por siempre. Pero a siempre tener la compañía de su hijo.
En definitiva, aquel chico no esperaba que las cosas cambiaran y estaba conforme con eso.
Pero bueno... Las cosas nunca salen como esperamos y a veces la vida nos tiene ciertos cambios para los que no siempre estamos preparados.
Hola, este el primer capítulo de esta nueva historia.
Espero les guste, como notarán va a tratar ciertos temas tristes pero les prometo que tendrá un final feliz, así que por favor denle una oportunidad.
Así que con eso dicho, espero les haya gustado el capítulo, comenten, y bys... (●'▽'●)ゝ
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Segunda Oportunidad | »»Yeonbin«« | »»Omegaverse««
RandomCuando Soobin ingresó a esa cafetería, pensaba que solo comería un pequeño postre y luego iría a su departamento para llamar a su novio y hablar con él toda la tarde sobre como había ido su día. No esperaba que al ingresar se encontraría son su pre...