Capítulo 10; El dormir del lobo

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Se removió en su cama enredándose aún más en las sábanas blancas, sintió la luz chocando con sus párpados y soltó un quejido, ese fue el peor error de Peter. En cuanto James escuchó que uno de sus compañeros estaba despierto se deslizó de su escritorio y corrió hacia la cama de Peter. Segundos después la cabeza de James Potter se asomaba por las cortinas rojas aterciopeladas de su cama y le miraba con una enorme sonrisa.

— ¡Que bien que estés despierto! —, exclama James descorriendo las cortinas por completo, Peter volvió a quejarse y se escondió bajo la almohada.

— No estoy despierto —, lloriquea Peter intentando zafarse de la situación pero James lo cogió de los tobillos y lo arrastró fuera de la cama —. ¡Déjame!

— ¡Es un nuevo día, Pete! El sol está en el cielo, los diricawl vuelan, la brisa es cálida...

— Los diricawl no vuelan —, se escuchó una voz adormilada desde el otro lado de la habitación, James liberó a Peter por la sorpresa con el ceño fruncido, Peter aprovechó la distracción para escabullirse de vuelta a su cama.

— ¿Qué? —, inquiere James ladeando la cabeza.

— Los... diricawl... no... VUELAN...—, repite Sirius con su voz apaciguada entre las cortinas de su propia cama.

Lo siguiente que James vio fue un zapato de charol negro saliendo disparado en su dirección, para su suerte sus reflejos actuaron lo suficientemente rápido como para esquivarlo. El zapato siguió su camino por sobre la cabeza de James y terminó por estrellarse contra las cortinas de la cama de Remus desapareciendo en estas. Los tres chicos brincaron en sus camas y observaron fijamente la cama de su amigo a la espera de una reacción pero no hubo respuesta, Sirius volvió a dejarse caer en su propia cama.

— Ni un troll podría despertar a ese maldito holgazán —, suelta Sirius antes de volver a cerrar sus propias persianas para seguir durmiendo pero James no se quedó contento al ver como todos seguían en la cama.

— ¡Tenemos que aprovechar el día! Es sábado, hay tantas cosas que podemos hacer un sábado.

— Sí, dormir es una de ellas —, responde Peter con su rostro hundido en su almohada, James bufó y dio grandes zancadas a la cama de Remus, Peter lo observó con gracia —. Yo no despertaría a Remus si fuera tu.

— Alguien de aquí me tiene que escuchar.

Sirius volvió a levantarse, esta vez asomó la mitad de su cuerpo por entre las cortinas con una sonrisa maliciosa.

— Apuesto 2 galeones a Remus —, dice rápidamente observando a Peter quien también miraba expectante.

— No apostaré por Potter, prácticamente está cavando su propia tumba.

Para la decepción y sorpresa de los chicos, cuando James descorrió las persianas nada ocurrió, ni un quejido, ni un golpe, menos una maldición, solo silencio. Peter lloriqueó decepcionado, esperaba que alguien le diera su merecido a James.

— Eh, aquí no hay nadie —, suelta James extrañado, se dio la vuelta para ver a sus dos amigos que ahora parecían intrigados.

— Es imposible que Remus se levantara primero que tú —. Sirius había saltado de su cama y ahora estaba caminando hacia el espacio designado a Remus de la habitación, su ceño se frunció al ver la cama perfectamente tendida.

— Llevó despierto desde las seis de la mañana —, explica James sentándose en la cama de Remus con sus ojos fijos en un punto de la pared de la habitación pensativo —. Lo habría escuchado.

— ¿Remus? —, le llama Sirius caminando hacia el baño pero no hubo respuesta.

— No recuerdo haberlo visto subir anoche —, recuerda Peter quien ahora también estaba sentado en su cama mirando la escena con confusión, James pareció sopesarlo pero llegó a la conclusión de que él tampoco lo había visto —. No creerán que fue blanco de otra broma de nuevo, ¿no?

La Luna Asesina; WolfstarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora