Capítulo 70; Jugo de zanahoria

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Alice aprovechaba cada oportunidad que podía para acercarse a los chicos (claro, a Peter más que a nadie), pese a que Alice platicaba casi estrictamente con Peter, resultaba que la chica no se llevaba para nada mal con el resto de los Merodeadores, especialmente con Remus con quien parecía tener una afinidad mayor que con el resto del castillo, a Remus no le importaba para nada, era alguien muy amable aunque un poco tímido cuando se trataba de conocer a gente por primera vez pero, al conocer a Alice prácticamente desde el primer día, Remus estaba más que dispuesto a aceptar a la chica en el grupo, además, no podía evitar estar extremadamente feliz por Peter quien finalmente parecía estar recuperando la confianza en sí mismo. No pude evitar reconocer esa sonrisa en el rostro de su amigo y el brillo en sus ojos, la mirada del enamoramiento, él mismo se había visto así un par de meses atrás cuando sentía la mano cariñosa de Benjy acariciándole la rodilla por debajo de la mesa, ahora el simple recuerdo del chico apagaba toda luz de su expresión pero no pensaba proyectar su dolor en Peter, el chico merecía ser feliz.

— ¿Qué clase tienes ahora, Sirius? —, inquirió Amelia sonriente, Sirius se estaba acomodando la túnica para salir de la sala común, Amelia se había levantado para seguirle. Los ojos de Sirius se posaron sobre Remus, el chico se había detenido a medio camino hacia la salida y le miraba con las cejas alzadas pero Sirius lucía más confundido que él.

— Uh, pociones, lastimosamente —, se lamenta de mala gana sin apartar los ojos de Remus hasta que la chica se sacudió el cabello intentando atraer su atención, los ojos marrones de Amelia se iluminaron.

— ¡Yo igual! Vamos juntos, ¿si?

La boca de Sirius se abrió pero ningún ruido salió de su garganta, parecía perplejo. Una carcajada ahogada en la garganta de Remus atrajo su atención de regreso hacia él justo a tiempo para verle cubrirse la boca con su mano ocultando su sonrisa al notar la mirada de Amelia sobre él también. Apoyó el hombro en la pared y apuntó a Amelia con las cejas incitándole a aceptar pero Sirius arrugó el rostro. La muchacha de Hufflepuff se volteó de nuevo hacia Sirius esperanzada al notar la aprobación de Remus pero, cuando vio la expresión de Sirius, la ilusión desapareció por completo de su alegre rostro.

— Iré con Remus si no te molesta —, niega Sirius intentando sonar lo más suave que su negativa le permitió, la chica apretó los labios y asintió suavemente antes de bajar su vista hacia sus pies.

— Eh —, le llamó Remus quien, pese a encontrar la situación extremadamente graciosa, no podía evitar sentirse mal por la pobre Amelia que llevaba días luchando por captar la atención de Sirius —. Puedo ir solo, no tengo problema.

— Estás demente si crees que te dejaré ir solo —, protesta Sirius alzando la vista para verle con el ceño fruncido, Remus sonrió de lado.

— Tranquilo, prometo que puedo sobrevivir a una caminata solitaria —, intenta convencerle pero Sirius lucía determinado a apegarse al plan original y, como bien sabía Remus, cuando Sirius decidía algo, nada podía cambiarle la mente.

— Remus —, protestó entre dientes pero, antes de que Remus pudiera seguir la disputa, Amelia se acomodó un mechón ondulado tras la oreja y alzó la vista de sus pies.

— Está bien, nos vemos al rato —, respondió la chica luciendo completamente desolada antes de salir de la sala común con las manos en los bolsillos y la cabeza gacha.

En cuanto el retrato se cerró tras de ella y no quedó más rastro de la muchacha en la sala, Remus se volteó a ver a Sirius con el ceño arrugado y los labios fruncidos. Sirius apartó la vista del pasillo y le miró satisfecho pero, al notar su mirada, rápidamente frunció el ceño también en el momento justo para recibir un golpe de Remus en el estómago que lo hizo protestar ruidosamente pese a que ni siquiera le lastimó.

La Luna Asesina; WolfstarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora