Capítulo 53; Travesuras en la Lavandería

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Por mucho que a los Merodeadores les molestara estar siempre un peldaño más abajo que los Prewett, los gemelos eran los reyes de las bromas por una razón, bueno, tal vez un par de ellas. Pese a la rivalidad competitiva que existía entre ambos grupos, Sirius y James dejaron su orgullo de lado y tomaron nota de absolutamente todo lo que los Prewett les decían mientras planificaban la broma en la Sala de las Recompensas, todo esto después de que Remus ayudó a Sirius a disculparse con Peter lo cual no fue complejo, Peter tenía un corazón muy blando y le habría perdonado incluso sin sus dulces palabras de arrepentimiento. Como decía, Sirius y James asumieron que, mientras los Prewett siguieran en la escuela, no había nada que ellos pudieran hacer para superarlos, simplemente eran innatos, por esa razón habían decidido aprovecharse de los conocimientos de los gemelos este último año para luego hacerse con el trono. Por parte de los otros dos Merodeadores, ellos sólo querían pasar un buen rato, ni siquiera les importaba esa tonta rivalidad, ninguno de los dos la sentía arraigada a sus huesos como Potter y Black, para nada, incluso se podría decir que ambos sentían una profunda admiración por los gemelos y lo habían dejado claro en varias ocasiones.

Las vacaciones de Navidad estaban a la vuelta de la esquina y, hasta ahora, los chicos se habían salido con la suya en la mayoría de bromas que habían realizados pero asumían que esta vez sería distinto y todos habían accedido a pagar con las consecuencias (Peter había intentado protestar, pasar las Navidades castigado le parecía una idea del todo penosa pero, en cuanto Sirius comentó que pasaría esas vacaciones en el castillo, Peter borró la cara larga y accedió a quedarse él también provocando que Remus y James no tuvieran más opciones que permanecer en el castillo haciéndole compañía a sus amigos, solidaridad Merodeadora y todas esas mierdas). Los Prewett no tenían fama de pasar desapercibidos, ambos chicos habían sido capturados en sus fechorías tantas veces que había sido una sorpresa para todo el castillo que Gideon fuera seleccionado como Prefecto para el primer año de los chicos, pero, claro, el cargo no le duró en lo absoluto cuando McGonnagall se percató que su plan de otorgarle un cargo superior para mantenerlo distraído no funcionó y sólo provocó que Gideon se volviera un agente activo del caos dentro del cuerpo de orden estudiantil.

No, los Prewett amaban ser capturados manos en la masa, era parte del espectáculo Prewett, como ellos decían. El castigo que venía después era su firma en el lienzo, era su forma de recordarle a todo el castillo que ellos estaban allí y que estaban marcando historia en los pasillos, el anonimato jamás había sido lo suyo. Por mucho que a James y Sirius les gustaba presumir por allí, a ambos les pareció una idea completamente estúpida porque, para ellos, ningún castigo valdría la pena, no después de que tuvieron que pasar meses limpiando la sala de pociones sin magia, James aún soñaba con mucosidades verdes con olores cuestionables dentro de oscuros y oxidados calderos burbujeantes.

Lily Evans había aceptado ser parte de la broma cuando Sirius seguía excluido del grupo, uno pensaría que, ahora que el chico había recuperado su puesto, Lily sería liberada pero, en lugar de intercambiar de puestos, una nueva plaza se había creado por lo que la pobre pelirroja se veía arrastrada a ese embrollo pese a sus insistencias de no querer ser parte de ello, a ella sí que no le apetecían unas vacaciones castigada, menos cuando tenía que ir en contra de quien se suponía que era su amigo.

— ¡Vamos! ¡Será inofensivo, Lils! Te lo prometo —, vuelve a intentar reconfortarla James por quinta vez en esa media hora que llevaban sentados en las bancas del campo de vuelo aprovechando su periodo libre, Lily apretó los labios y fingió que no le oía mientras garabateaba en su libreta —. ¡No pongas esa cara de amargada! ¡Me rompe el corazón!

— No entiendo porqué quieren hacer esto —, gruñe finalmente bajando su libreta, James Potter comenzaba a meterse en sus nervios —. ¿Cuál es el punto? Los Slytherin no les han hecho nada, Snape no les ha hecho nada.

La Luna Asesina; WolfstarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora