La Luna Asesina; Wolfstar

Capítulo 24; Día nacional de James Potter

Cumpleaños de James

La Casa de los Gritos, así la llamaron. Resulta que la cabaña estaba ubicada en Hogsmeade subiendo la colina, a la vista de absolutamente todo el maldito mundo, habría sido un lindo gesto de parte de Dumbledore mencionarlo, Remus hubiera propuesto hechizos silenciadores si lo hubiera sabido. Los recuerdos comenzaron a llegar a la cabeza de Remus esa misma tarde, recordaba el olor a personas, el picor en la nariz, recordaba aullar desesperado, lanzarse contra las paredes, recordaba oír voces, no reconocía las palabras, recordó un destello y luego silencio. Para suerte suya, los adolescentes que habían intentado irrumpir en la cabaña no pertenecían a Hogwarts, sólo era unos estúpidos chicos muy borrachos pero eso no evitó que los rumores llegaran a los pasillos del castillo. Cuando se dirigía hacia su habitación de vuelta a enfermería había escuchado los murmullos acerca de los "fantasmas de la Casa de los Gritos", un poltergeist, dijo uno, los de sexto estaban planeando una expedición el próximo fin de semana de Hogsmeade para explorar la cabaña guiada por los gemelos Prewett, Remus tuvo que afirmarse a un pilar para no desmayarse.

Sus amigos, para su suerte, ni siquiera tocaron el tema, Peter estaba demasiado aterrado de los fantasmas como para siquiera considerar charlar sobre ellos, Sirius intentó calmarlos explicando todo lo que sabía sobre poltergeists aunque más de la mitad de la información que dio era falsa, Remus se sentía demasiado mareado como para corregirlo y prefirió simplemente cerrar los ojos y dormir una siesta.

Su padre se había marchado en cuanto el tema estuvo zanjado, platicó con Dumbledore para asegurar las protecciones de la cabaña, él mismo se acercó a la cabaña para definir aspectos de seguridad y corroborar el lugar, Remus no supo más de eso.

Los siguientes días le sirvieron para calmarse, ahora la mención de la Casa de los Gritos no lo hacía vomitar aunque si le resultaba incómodo y sabía que jamás sería capaz de verla en persona sin sentir su estómago apretarse. La atención de los chicos volvió a centrarse en la fiesta de James cuando el ánimo de Remus mejoró, Remus no mencionó nada pero agradeció profundamente que Sirius lo dejara descansar, él se encargó de afinar los detalles en silencio mientras Remus dormitaba en su cama, también su tarea había aparecido hecha misteriosamente, Sirius negó haber sido él pero Remus conocía su letra y su redacción a la perfección, su orgullo quería luchar pero su corazón se infló en una oleada de profundo cariño hacia su amigo.

El cumpleaños de James llegó junto a una briza cálida alertando el maravilloso verano que estaba por llegar, no se veía ninguna nube en el cielo y el sol resplandecía sobre el castillo, el ambiente perfecto para conmemorar al maravilloso James Fleamont Potter. Toda la casa estaba coludida en la fiesta del chico, James realmente se había ganado el corazón de todo el mundo por lo que ni una sola persona dudó en aceptar, incluso gente de otras casas se les habían acercado para prestar su ayuda para la fiesta, los chicos aceptaron encantados.

El día nacional de James Potter comenzó exactamente a las cinco de la mañana, los tres chicos se escabulleron de la habitación a esa hora con cuidado de no despertarlo (Remus protestó un poco y le mordió la mano a Sirius cuando el chico lo despertó pero fueron daños colaterales). Se arrastraron hasta la sala común donde Lily y Mary les esperaban, ambas chicas vestidas con playeras azules y unos gafas circulares, la vestimenta predilecta para el día de James. Los chicos se cambiaron allí mismo y ahora los cinco estaban disfrazados de James Potter. La siguiente etapa del plan fue la de evacuar la torre de Gryffindor por completo cosa que no fue sencilla, pese a que todos estaban informados de la celebración, muchos habían pensado que era una broma la parte de levantarse a las cinco de la mañana pero cuando Sirius fue a arrastrarlos fuera de la torre se percataron que hablaban completamente en serio. Cuando ya no quedaba un alma en la torre comenzó la parte emocionante.