Capítulo 46; La Bruja Jorobada

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— ¡Remus! ¡¿Dónde estabas?! ¡Te perdiste las predicciones de James! —, chilla Sirius en cuanto salió del salón y se encontró con Remus sentado en el alféizar de la ventana.

Cuando Sybill salió corriendo, Remus ya no tenía ningún motivo en particular para mantenerse en la clase, no le apetecía para nada tener que fingir que podía ver algo en esa estúpida esfera, además, por alguna razón, las palabras de Sybill se le habían quedado clavadas en el cerebro como alfileres. Había tenido un buen rato para darle vueltas al asunto y había llegado a la conclusión de que Sybill sólo estaba bromeando con él, seguro que no tenía idea de que decía pero, mientras más repetía las palabras en su cabeza, más correlaciones encontraba en sus palabras con su propia historia, y lo que era peor, con su propia condición. Había hablado de la luna, de una bestia y había utilizado la palabra "merodear", demasiadas coincidencias. Si Sybill había acertado en que Remus era un hombre lobo, ¿en qué más había acertado? Remus esperaba que fuera la parte de amar y no la de las traiciones y promesas rotas, tal vez por esa misma razón decidió ignorar sus palabras y fingir que sólo eran boberías sin sentido pero, en el fondo de su estómago, no podía quitarles el peso.

— El amigo de Regulus tenía razón, esa clase era una mierda, no quería seguir perdiendo mi tiempo ahí —, miente bajándose del alfeizar, James y Sirius intercambiaron una mirada pero no dijeron nada más, Remus sintió un leve malestar en el estómago al no poder leer lo que sus mentes decían pero no quería empezar otra disputa sin sentido tan pronto en el año —.¿Y Pete?

— Con el grupito de Reg —, bufa Sirius mirando por sobre su hombro al interior de la sala, Remus siguió su mirada —. Parece que piensa que mi hermano es más agradable que yo.

— Tu hermano ES más agradable que tú —, bromea James ganándose un codazo por parte de Sirius, James sólo sonrió antes de darle una palmada tras la nuca —. Bien, yo iré a por Fenwick y Macdonald, seguro alcanzamos a entrenar un poco antes del almuerzo si esos holgazanes mueven el trasero.

— Suerte con eso, tu sabes lo que Mary opina de los entrenamientos luego de clases —, sonríe Sirius viendo a James caminar de vuelta hacia el salón, el chico se afirmó del marco de la puerta y le miró por sobre el hombro.

— ¡Que bueno que me importa una mierda! —, exclamó antes de ingresar al salón, Sirius le observó con una amplia sonrisa antes de voltearse hacia Remus, el chico pensó que seguiría la broma pero, en cambio, la sonrisa desapareció de su rostro y se deslizó hacia él como un gato serpenteando por sobre las panderetas.

— ¿Quién era tu compañera? No recuerdo haber visto su rostro antes...

—¿Uh? ¿Sybill? —, inquiere con confusión, Sirius asintió intentando mantener su vista sobre las paredes como si aquella pregunta fuera una simple cordialidad y, en realidad, no le interesara en lo absoluto pero, cuando Remus se encogió de hombros, Sirius giró su cuello por completo para verle interesado —. Pfff, ni idea... ¿Qué hora es? ¿Crees que alcance a echarme una siesta antes del almuerzo!

— ¡Dios! ¡Que perezoso eres, Lupin! —, ríe Sirius olvidando el tema por completo, Remus se encogió de hombros —. Venga, vamos, aprovecharé para solucionar lo del mapa mientras duermes.

— ¡Por eso eres mi preferido! —, bromea Remus cogiendo su mochila del suelo y echándosela al hombro, Sirius sonrió de lado travieso —. Pero no le digas a Pete.

— Oh, ¡Ni dudes que se lo diré!



— ¿Y bien? —, inquiere Marlene apareciendo de un salto en la sala común con ambas cejas alzadas, los merodeadores, quienes simplemente pasaban la tarde libre relajados en el sofá mientras observaban a James patearle el trasero a Mary en ajedrez, se voltearon con confusión.

La Luna Asesina; WolfstarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora