Capítulo 18; Escarlata contra esmeralda

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30 días para San Valentín

Una tradición de los chicos ahora era ir a presenciar los partidos de Quidditch entre las casas, de vez en cuando incluso iban a los entrenamientos, todo esto por la insistencia de James Potter. Al principio James había tenido que convencer a Peter y Remus de asistir a cambio de hacerles sus deberes por una semana, Sirius había accedido sin problema, después de todo él amaba ver los partidos de Quidditch pero, en este punto del año, los dos chicos más reacios al Quidditch iban casi con gusto, Remus era el único que seguía quejándose aunque no duraba mucho, en cuanto se sentaban en las gradas se callaba y contemplaba el partido con el resto de sus amigos, sí, era cierto que no vitoreaba a ningún equipo ni tampoco estaba dispuesto a levantarse de su asiento pero al menos no estaba quejándose todo el día.

Hoy era un partido muy importante del año, Slytherin contra Gryffindor de nuevo. En lo que llevaban del año Slytherin le había dado una horrible paliza a todas las casas, Hufflepuff fueron los primeros eliminados, lo único que separaba a Slytherin de una inminente derrota era Gryffindor aunque ya los habían vencido en una oportunidad pasada. Si Gryffindor ganaba este partido ambas casas empatarían y todo se decidiría en el partido a final de año por lo que el ambiente en el campo era de pura tensión.

Esa mañana en los pasillos no se hablaba de nada diferente, todo era Quiddtich y la guerra de las Casas. Ravenclaw habían tomado el lado de Slytherin, decían que tenían más probabilidad comparando ambos equipos y Hufflepuff estaba del lado de Gryffindor aunque en los pasillos decían que les daba igual quien ganara con tal de que pasaran una buena tarde. Pero los Gryffindor eran una completamente manga de nervios, incluso aquellos que no jugaban ni les importaba el Quidditch, todo esto parecía mucho más importante ahora, no por el deporte en sí pero por mantener el orgullo de la casa que últimamente estaba por los suelos.

— ¿Cómo va esa pancarta? —, pregunta James desde el otro lado de la habitación junto a la ventana practicando un hechizo para a generar fuegos artificiales con forma de leones.

— No intentes apurar el arte, Potter —, se queja Sirius, Remus había notado que Sirius solía morderse el labio cuando estaba muy concentrado en algo —. Sería mucho más rápido si Peter pudiera escribir una maldita letra sin temblar.

— ¡Hago lo mejor que puedo! —, protesta el pequeño chico rubio, James inmediatamente saltó en su defensa.

— ¡Hace lo mejor que puede, Sirius!

— Enfocas tus energía en lo que no deberías, Pete, si te propusieras arruinar el mundo te prometo que serías extremadamente exitoso —, se mofa Sirius de mala gana delineando el contorno de un enorme león con la boca abierta, Peter le miró con el ceño fruncido.

— No lo escuches, Pete —, se adelanta Remus antes de que eso se tornara en una estúpida pelea sin sentido —. Sirius se vuelve increíblemente irritable cuando las cosas no salen perfectas.

La mirada azul de Sirius se elevó de la pancarta para mirar a Remus con el ceño fruncido, el chico le mantuvo la mirada como retándolo a que lo negara pero Sirius sabía, en el fondo, que tenía razón. Bufó y volvió a bajar la vista a la pancarta, Remus se volteó a mirar a Peter como diciendo "Te lo dije".

— Bien —, asiente el más pequeño volviendo a las letras, su intento por detener el temblor era más que evidente, Sirius fue incapaz de volver a decirle algo.

— Tu podrías estar ayudando también —, resopla Sirius de mala gana, Remus se recostó sobre la alfombra con una enorme sonrisa y se estiró como un gato que recién despertaba de una siesta.

— Ya es suficiente con que me obliguen a asistir a los estúpidos partidos, no hay forma de que me obliguen a hacer pancartas también.

Nadie pudo discutir contra eso porque sabían que, en cuanto dijeran algo que molestara a Remus, el chico no tardaría ni un solo segundo en resistirse a ir al partido y era importante para todos que su amigo estuviera allí presente.

La Luna Asesina; WolfstarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora