Capítulo 51; Cuerpo a Cuerpo

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— ¡Seguro que fue Snape! ¡Tiene que serlo! —, chilla James gesticulando mucho con sus manos aún exaltado por el suceso y, pese a que Remus y Sirius realmente le estaban escuchando e intentando hallar una respuesta, Peter se refugiaba tras un enorme y pesado libro intentando esconder su nariz roja y su mirada de culpabilidad en el capítulo 13 de Defensa Contra las Artes Oscuras que hablaba de gnomos (o eso había visto de soslayo).

— ¿Por qué lo haría? Ni siquiera le devolvimos la broma luego de lo de nuestras lenguas —, inquiere Sirius aunque, en realidad, no parecía contradecir la información de James, sólo buscaba respuestas.

— Tal vez buscan provocarnos —, plantea Remus encogiéndose de hombros, tanto James como Sirius se voltearon interesados —. Digo, no es descabellado, nos odian.

— No, es cierto —, asiente Sirius dejándose caer en la cama de Remus, apoyó sus pies sobre las piernas de James que estaba sentado en una silla junto a él. James estaba tan ensimismado en sus pensamientos que ni siquiera protestó —. No podemos seguir perdonándoles todo, nos hace ver como unos enclenques.

— ¡Estoy de acuerdo! —, asiente James golpeando su mano empuñada contra su palma, se volteó hacia Remus —. Tu eres mi voz de la razón, Remus, ¿Qué opinas?

— Odio estar de acuerdo con ustedes pero creo que es lo mejor —, asiente con una mueca en su rostro como si el mero hecho de darles la razón fuera algo horripilante —. Además, tengo un par de hechizos que quiero probar, los descubrí para usarlos contra ustedes cuando me molestaran pero este último tiempo se han comportado extrañamente poco irritantes.

— Primero, ¡Genial! —, exclama Sirius juntando sus palmas frente a su pecho. Como oliendo lo que se venía, Remus alzó una ceja —. Segundo, auch.

Por su parte, el nerviosismo de Peter no hacía más que incrementar mientras la determinación en los ojos de sus amigos comenzaba a hacerse cada vez más palpable frente a él. No podía pensar en otra cosa que hacer más que levantarse y correr hacia las mazmorras de los Slytherin para trazar un plan con su otro grupo de amigos (¡Qué bien se sentía tener más amigos fuera de los merodeadores! A veces se sentía incapaz de socializar cuando no tenía a los merodeadores apoyándole cerca, era bueno saber que él también podía hacer amigos por cuenta propia). Decidió guardar silencio, tal vez esa era la respuesta para esa situación. Si hablaba, sus amigos comenzarían a hacerle preguntas y Peter jamás había sido bueno mintiendo, incluso sentía nauseas cuando lo hacia. Por otro lado, si les advertía a Regulus y a los demás, probablemente los chicos comenzarían a planear una defensa y eso delataría que Peter era un topo y no había nada peor que ser un topo, él jamás caería así de bajo, menos con sus amigos. Estaba en una cuerda floja, estaba jugando a dos bandos y no sabía a cual de los dos lados defender, tal vez debería permanecer en un espacio neutral y simplemente observar como se desenvolvía todo, pero, ¿Eso no lo hacía un cobarde? Dios, necesitaba salir a tomar aire.

— Pete, estás muy callado, ¿no te ilusiona jugárselas a los idiotas de Slytherin? Avery no te dejaba tranquilo el año pasado, ahora puedes devolvérsela —, le pica James alcanzándolo en su sitio para darle una palmada en el hombro, Peter pensó que vomitaría allí mismo pero Remus, su salvador, salió al rescate.

— Deja, Potter, sabes que Peter es mucho mejor de lo que nosotros siempre seremos —, le defiende Remus alcanzando un libro de su escritorio desinteresadamente y comenzando a hojearlo —. Él jamás ha sido vengativo, tiene un corazón de oro.

— Cierto, tú eres el yang de nuestro ying —, se entromete Sirius sonriente, Peter realmente juró que vomitaría allí mismo, casi juro que sabían lo que pasaba por su culpable cabeza y sólo estaban hablando para hacerlo sentir peor —. Eh, no, Lupin, suelta ese libro, estamos planeando una venganza, necesito toda tu atención.

La Luna Asesina; WolfstarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora