Capítulo 68; Gasas y sollozos

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11 meses antes del plan de fuga

Cuarto año

"EL ALZAMIENTO DE VOLDEMORT, NUEVAS POLARIZACIONES POLÍTICAS", era el título del periódico el Profeta esa mañana o eso vio Remus al coger el periódico para limpiar el café que había chorreado encima de la mesa por accidente.

Iba con prisa, tenía que estar en King's Cross dentro de media hora y aún no estaba listo, su padre estaba en su habitación intentando ayudar a Remus a terminar de empacar mientras su hijo se encargaba de animar a su mamá quien no había parado de llorar desde hace dos horas, Remus había llegado a considerar el quedarse más tiempo y llegar directamente a su habitación luego pero se había resistido, el trayecto en el tren era su parte favorita y un rato más con su madre terminaría arruinándolo emocionalmente por el resto del año.

— ¡No te vayas! —, exclamaba con fuerza entre sollozos, Remus iba a hacerle otro café a la cocina pero su madre estiró sus manos hacia él, Remus se acercó y recibió el abrazo. Ahogó un grito al sentir los brazos de su madre apretándolo en sus recientes heridas de la luna llena pero aún así acarició su cabello intento disimular el punzante dolor —. ¡Por favor, quédate!

— Mamá, sabes que no...

— ¡Me voy a morir aquí sin mi hijo! ¡Me vas a matar de pena! ¡Me vas a matar! —, exclama con tanto dolor que Remus se sentía realmente culpable como si él hubiera hecho algo.

No tenía idea de que hacer, en algún momento del verano su madre había perdido la cabeza. Siempre había sido una mujer triste y muy sensible pero jamás había llegado a ese punto donde prácticamente estaba delirando, Remus había tenido que compartir su cama con ella durante todo el verano y no había podido ni siquiera salir de casa porque su mamá comenzaba a gritar. Lyall tenía que lanzar hechizos silenciadores más veces de las que le gustaría.

Por otra parte, debido a los extraños episodios de delirio de su madre, Remus había decidido postergar su conversación con su padre, el pobre hombre ya tenía suficiente con tener que curar las heridas de su mujer que había comenzado a clavarse las uñas en sus brazos con tanta fuerza que la sangre chorreaba por sus extremidades pálidas dejando pequeñas medialunas de color rojo marcando su piel. Remus estaba aterrado, realmente aterrado de lo que su madre podría hacer cuando él no estuviera allí presente, sobre todo sabiendo que su mayor detonante era la idea de que Remus se marcharía por todo lo que restaba del año a sus clases en Hogwarts. No podía decir que estaba en condiciones para cuidar de su madre, Lyall no era bueno con los hechizos de curación y las lunas llenas cada vez le afectaban más, él mismo tuvo que pasar semanas en cama recostado sobre su estómago sin poder moverse por las heridas provocadas por sí mismo en las transformaciones. Mentalmente tampoco estaba mejor, el tema con Lily, los secretos de su padre, los delirios de su madre y el último rechazo de Benjy le estaban consumiendo, su mente parecía ir a toda velocidad y casi podía ver una gran pared de ladrillo alzándose al final de las vías del tren siendo que no tenía ningún freno de emergencia para impedir la colisión. 

— ¡Basta, Hope! —, exclama Lyall saliendo de la habitación con pasos furiosos, su madre no dejaba de llorar —. ¡Remus tiene que ir! ¿No quieres que se eduque?

— ¡Déjame educarlo en casa! ¡Por favor! —, chillaba la mujer. Remus retrocedió en cuanto pudo y se escondió detrás de su padre, él era un adulto, él debía manejarlo —. ¡Por favor, Lyall, moriré sin él!

— ¡No! —, exclamó con tanta fuerza que Remus se estremeció, Hope tenía lágrimas cayendo de sus ojos —. Nos vamos.

— ¡NOOO! —, aulló la mujer lanzándose al suelo y arrastrándose hacia ellos.

La Luna Asesina; WolfstarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora