El bate y el libro (Colette/Bibi x Lector)

Un amor rudo (Final Bibi) pt. 6

La nieve caía afuera, aun no era noche pero el atardecer se estaba poniendo y poco a poco todos los brawlers iban llegando a la casa de Colette.
Bibi y yo llegamos con un panque enorme que preparamos juntos y totalmente abrigados, tocamos el timbre y nos recibió sonriente Colette, al abrir la puerta se emocionó y corrió a abrazarnos.
—¡Hola chicos!
—Hola Colette.
—¡Que feliz estoy de verlos! ¡oh! ¿qué es eso?
—Es un panque para la fiesta, lo preparamos lo mejor posible.
—¡Me encanta! ¡adelante! pasen.
Sin dejar de sonreír tomo el panque y nos dejo pasar, al entrar fuimos saludados por muchos brawlers que estaban dispersos por toda la casa pasando el rato.
—Si me disculpas quiero saludar por mi cuenta a algunos amigos... —me dijo Bibi en voz baja y se separó de mi.
—Claro, estaré con los chicos.
Todo iba de maravilla, el ambiente era alegre y muy amigable y comparado con el frío exterior, entré a la sala donde había varios de los mismos que la semana pasada en el bar.
—¡T/N! ¿qué tal hombre? —me saludo alegre El Primo.
—Hola chicos.
—¡T/N! ya sentíamos que faltaba alguien acá. —interpuso Brock
—Je, perdón por tardar pero el transporte en esta nieve va mas lento que nada.
—Descuida, que somos pacientes y aun falta mucho para la cena.

Estuvimos hablando un rato de varias cosas, poco a poco se fueron incorporando otros brawlers que fueron llegando y ya eramos un grupo numeroso, todos estábamos muy tranquilos hasta que Poco en cierto momento que hubo silencio miró fuera para asegurar que no hubiera nadie externo cerca de la sala y me dijo en voz baja:
—Y dime T/N, ¿vas a hacer entonces eso hoy?
—¿Uh?
—Lo de Bibi, hombre.
—Oh... claro.
En ese momento todos se quedaron callados y se acercaron a mirar con genuino interés mientras yo metía mi mano en uno de mis bolsillos y de ahí sacaba un anillo, un hermoso anillo plateado con una amatista que me recordaba mucho a la chaqueta que solía usar Bibi.
—Wow, eso se ve caro.
—dijo Fang igual en voz baja.
—Me costó conseguirlo pero valió la pena.
—T/N me alegro demasiado por ti amigo, finalmente tú y Bibi se casaran. —dijo El Primo alegre y en voz mas baja.
—Si es que ella lo acepta. —interrumpió Colt algo... ¿celoso? pero todos lo callamos y continuamos.
—¿Y cuando planea pedir la mano de la señorita Bibi, señor T/N? —preguntó Barley.
—Oh, después de la cena definitivamente, creo que es el mejor momento.
—Bueno, cualquier cosa que pase aquí estaremos y te cubriremos.
Todos concordaron y me puse muy alegre, todo iba perfecto, pero por mientras tocaba esperar.

Al mismo tiempo al otro lado de la casa...
PDV de Bibi

Saludé a muchos brawlers hasta llegar con Piper y Jess que estaban conversando.
—Oh, hola Bibi.
—¡Hey Bibi!
—Hola chicas.
—¿Llegas algo tarde no?
—Si perdón, el conductor del transporte casi se tenía que bajar para quitar la nieve del camino.
—Jajaja, ya me lo imagino
Seguimos hablando y poco después llego Rosa a unirse a la conversación.
—Hey hey, pero si son mis amigas.
—¡Rosa! —respondió Jess alegremente.
Seguimos hablando y parece que nuestra conversación despertó interés en las demás y entre las que iban llegando y las que se iban uniendo acabamos todas las brawlers en el cuarto de Colette.
—Vaya grupo tenemos formado aquí. —dijo alegre y con tono de broma Pam.
—Y Bibi, dime, ¿vas a hacer ese plan que me comentaste hace poco?
Todas miraron con atención pues parecía ser algo interesante, usualmente estaría algo avergonzada pero estaba confiada así que salí un momento para asegurar que no hubiera nadie más cerca, graciosamente parecía que todos los chicos estaban en la sala.
Una vez asegurado volví y respondí en voz baja.
—Vaya que si lo haré.
Saque de uno de mis bolsillos un pequeño estuche, al abrirlo adentro había un anillo con varias gemas C/F (color favorito) pequeñas, perfecto para T/N.
Todas se alegraron y se sorprendieron al ver eso, parecía que iban a gritar de la sorpresa y emoción pero se calmaron para no llamar la atención.
—¡¿Te vas a casar con T/N?! —dijo Colette muy sorprendida.
—Si...
—Eso... es tan... ¡¡genial!!
Colette se enrojeció y se emociono tanto que parecía que iba a explotar, tuvimos que calmarla para que no llamara la atención.
—Wow, ya era hora muchacha. —dijo Pam alegre y con confianza.
—Que hermoso... —interpuso Amber casi echándose a llorar.
—¿Y cuándo harás tu movida?
—Después de la cena casi seguro.
—Genial, estaremos ahí para cubrirte las espaldas. —dijo Rosa muy segura de si misma.
Todas asintieron y me felicitaron en voz baja, cosa que me alegró muchísimo, ahora solo quedaba esperar para finalmente tomar la mano de mi alma gemela.

Horas mas tarde
PDV de T/N

La cena llegó y fue deliciosa a mas no poder, apenas había espacio en el comedor para todos pero eso no importaba, charlamos, comimos y tuvimos una noche tremenda, aun con tanta gente había mucha comida y con lo que trajo cada uno aún más pero finalmente acabamos todos llenos y descansando, estábamos charlando y poco a poco el ambiente se estaba poniendo silencioso, podía ver como todos parecían mirarnos a mi y a Bibi, cosa que me puso un poco nervioso, pero era hora de actuar.

—Oh, debo levantarme un momento.
En ese momento todos se quedaron muy callados y me dejaron pasar al pasillo del comedor sin ningún problema, fingí estirarme un poco.
Bibi por su parte hizo lo mismo.
—Te acompañó.
Ella también se levantó y se puso a unos pasos detrás de mi, podía sentir como todos nos miraban e hice mi jugada, rápidamente saque el anillo, me volteé a mirar a Bibi e hinque una rodilla mientras tenía los ojos cerrados, sin saberlo ella hizo lo mismo.

Pude oír risas y varios gestos de sorpresa de los demás y abrí los ojos a la par de Bibi para encontrar con sorpresa a Bibi hincada igual que yo sosteniendo un estuche con un anillo apuntandome a mi, el corazón me dió un brinco de la sorpresa y sin decir nada ambos empezamos a lagrimear y llorar de la emoción y corrimos a abrazarnos y darnos uno de los mejores besos que nos hemos dado en nuestras vidas.
—Si, si maldita sea si, ¡acepto! —dijo Bibi llorando de la alegría y mirandome.
—Claro, ¡obvio que aceptó! —respondí de la misma forma apenas conteniendo mi emoción.

Todos nos empezaron a ovacionar y aplaudir, así como abalanzarse a nosotros para abrazarnos de la alegría. Sobretodo Colette que estaba llorando de la emoción.
Esa noche desde que nos comprometimos hasta que volvimos a casa nunca nos soltamos de la mano, aunque aún no oficial ahora eramos esposos.