El demonio en blanco (Final Colette) pt. final

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El gran día había llegado, luego de muchos días de planeación, compras y preparación, el día donde me casaría con Colette llegó, tenía los nervios a flor de piel pero estaba muy feliz y expectante, Colette por su parte la notaba un poco mas estresada pero se le veía igual contenta, cualquier preocupación en su rostro se iba en el momento en el que me miraba, quiero imaginar que lo mismo me pasaba al verla...

La mañana fue muy acelerada, desde temprano nos levantamos y fuimos acelerados, apenas y desayunamos mientras nos asegurábamos una y otra vez que todo estuviera en orden, Colette eventualmente decidió adelantarse al recinto donde nos casaríamos para checar que todo estuviese bien.
—Me iré adelantando querido, no quiero que pase nada malo en nuestro gran día.
—Está bien, ve con cuidado y Colette...
—¿Si?
—Te amo demasiado, me alegra haber sido tan afortunado de haberte conocido.
Colette solo se limito a sonreírme de forma calida, diciendo que me amaba y procedió a irse, yo por mi parte me estaba arreglando para igualmente ir al lugar, sin embargo pronto noté que me faltaba algo.
¿Uh? ¿donde...? ¡¿donde está el maldito anillo?! 
Rápidamente y alarmado empecé a checar cada uno de mis bolsillos, busque por todas partes en la casa, debajo de los muebles, en cualquier cajón, hasta los sitios mas recónditos y abandonados de la casa y no lo encontraba, la preocupación y miedo pronto se torno en desesperanza hasta que luego de una hora peinando toda la casa me senté completamente derrotado.
—No... no puede ser, no hoy... mierda.
Empecé a lamentarme y casi a llorar, pensé en escribirle a Colette sobre la situación pero no pude, algo tan estresante e importante y encima en un mensaje como si fuera cualquier cosa, debía mejor decírselo en persona así que me arme de valor, me terminé de preparar y salí de casa hacía el recinto.

Al llegar me comían los nervios, ya habían llegado algunos invitados y ya estaban los últimos preparativos, había muchos amigos ahí, hice lo mejor que pude para mostrarme calmado y feliz mientras buscaba a Colette, admito que a pesar de todo las felicitaciones de todo el mundo mientras recorría el lugar me ayudaron a calmarme.
—¡T/N! ¡el hombre! muchas felicidades. —dijo un trajeado Primo que seguía aun con su máscara puesta.
—Oh, queridos cuanto me alegro por ustedes, algo así solo pasa una vez en la vida y es tan hermoso, espero que lo disfruten lo máximo posible. —dijo Piper muy feliz mientras me tocaba el hombro.
—¡Amigo! ¡T/N! de verdad felicidades, estoy tan feliz por ti que siento que podía llorar. —interrumpió Poco mientras cantaba, luego siguió con su canción, era una bastante alegre.

Finalmente llegué a Colette, parecía estar arreglándose en un salón, al entrar y mirarme por el espejo que miraba inmediatamente volteó, se paro y se dirigió hacía mi para abrazarme.
—T/N, querido, que bueno que llegaste...
—Si...
—Todo está bien, ya me aseguré que todo estuviera en orden y no falta nada, ahora solo queda prepararnos y esperar.
—Sobre eso Colette...
—Ah si, dijeron que tardarían un poco en traer la comida así que quizás debamos hacer algo de tiempo con algo, o quizás hacer que el beso cuando nos declaren marido y mujer sea lo mas largo posible, jeje...
—Colette...
—Por cierto, si, ya entregué los anillos, deberían dárnoslos cuando llegué el momento...
—Si... espera, ¿los anillos?
—Si... oh...

En ese momento Colette pareció darse cuenta que nunca me dijo que había hecho con los anillos, algo avergonzada y mirando a otro lado me dijo.
—Lo siento, estuve tan plasmada y encantada con la idea de ya tenerlo que me lo puse en la mañana y lo llevo conmigo junto al tuyo desde entonces, perdón por no decirte.
Me quede estupefacto, mire hacia el techo un momento y luego solté un suspiro de alivio para empezar a reír un poco.
—Llevó toda la mañana buscandolo, pensé que lo había perdido y me preocupe muchisimo...
—Lo siento amor...
—No tienes que disculparte, fue solo un pequeño malentendido, me alegra que los anillos y sobretodo tú estén bien.
Le sonreí a Colette, ella me devolvió la sonrisa, nos abrazamos y nos dimos un beso.
—Bueno, debería continuar arreglándome.
—De acuerdo, yo mientras iré a terminar los preparativos y saludar a los invitados que van llegando.

Ambos nos separamos, pase el rato asegurando que todo estaba bien hasta que llego el momento, estaba parado en el altar, mirando a la entrada y viendo de reojo a todos los invitados mirando expectantes, estaba nervioso hasta que finalmente las puertas y allí entró ella, estaba hermosísima, caminaba lentamente sonriendo bajo su velo, estaba completamente hipnotizado por ella, finalmente llego al altar, ahí se paro frente a mi y algo tembloroso levante su velo revelando su rostro sonriente que me miraba con todo el amor que podía sentir.
El cura pronunció todo su discurso y llegó al gran momento.
—Y entonces T/N, ¿aceptas a Colette como tu legítima esposa?
—Si, acepto.
—Y entonces Colette, ¿aceptas a T/N como tu legítimo esposo?
—Si, acepto.
—Entonces, los declaro marido y mujer, puede besar a la novia.
Tome a Colette de la cintura y nos acercamos y nos dimos el beso, fue tan mágico y especial, el recinto se lleno de aplausos que no pararon aun cuando empezamos a caminar hacía la salida juntos, entre todo el bullicio de gente pude dislumbrar a Bibi quien sonreía, al verla me sonrió mas ampliamente y me mostro los pulgares arriba, a pesar de todo lo que paso entre nosotros se mantuvo como una gran amiga.


Años después....

Estabas ocupado observando algo, Colette estaba junto a ti también ocupada con lo suyo, su pequeña calma fue interrumpida cuando una niña pequeña entró corriendo al cuarto seguido de otro niño mas pequeño.
—¡Vamos al parque!
Te quedaste algo sorprendido, Colette se levantó y calmadamente se puso entre ti y los niños.
—Vamos pequeños, denle un descanso a su padre que ahorita está ocupado.
—¡Pero prometieron que hoy iríamos al parque!
—Jeje, está bien queridos, dennos un momento e iremos, mientras vayanse preparando. —dijiste alegremente.
Los niños asintieron felices y se fueron tan rápido como llegaron.
—Ay, espero que no los mimes mucho. —dijo Colette feliz.
—Hey, cuando eramos solo novios siempre querías que te mimara.
Colette se sonrojo y miro a otro lado sonriendo mientras la tomabas de las manos, ambos se juntaron y se abrazaron, se miraron felices.
—No sé como pude acabar en este mundo pero por dios que afortunado fui.
—Quizás la afortunada sea yo, jeje.
—Te amo demasiado Colette.
—Y yo a ti, T/N.
Ambos se dieron un beso y salieron de la habitación agarrados de la mano.

FIN



El bate y el libro (Colette/Bibi x Lector)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora