Luka Novanov Líder de la mafia Rusa , un hombre que es frío como el hielo que solo se peocupa por su familia o las personas que considera como tal.
Amber Molina una mujer con cara de ángel y personalidad de demonio no te deje engañar por su cara de...
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Ámber.
—Ponte cómoda muñeca, creo que será una larga noche -dice el Ruso caliente que me tiene casi secuestrada una vez que ingresamos a su maldita habitación.
Se dirige directamente hacia la licorera y se sirve un trago
Por supuesto que es una habitación súper lujosa casi o más lujosa que la del Árabe, si no me equivoco esta es la habitación presidencial.
—¿Qué es lo que quieres? porque algo quieres ¿no es así?—pregunto fastidiada por la maldita situación, sé que él sabe que tuve algo que ver con el revuelo que se formó en el hotel, pero lo que no entiendo es ¿por qué no me acuso con los guardias de seguridad? el ruso se da media vuelta dándome una sonrisa, de la que pueden hacer que tus hormonas se alboroten en un solo segundo.
—¿Sabes lo que pienso de los Neoyorquinos?—niego con la cabeza embobada, yo solo pienso en cómo te verías sin esa maldita ropa, vamos concéntrate tonta me regaño mentalmente —pienso que son muy impacientes la ciudad parece siempre ir de prisa, las calles son un completo lío, es como si siempre tuvieran prisas, como si el mundo se fuera acabar en un abrir y cerrar de ojos ¿entiendes lo que quiero decir muñeca?— su acento Ruso lo hace aún más irresistible.
—¿Que soy impaciente? —pregunto sin entender mucho lo que quiso decir, él no me responde solo se ríe con esa risa sexy que me tiene tarada.
¡Mierda! reacciona Amber esto no estaba en tus planes y tienes que ver como vas a salir de aquí, me recuerda mi conciencia, deja de pensar en el bombón Ruso, concentrate para poder armar una estrategia y salir de aquí con vida.
Un golpe en la puerta me pone alerta .
-Adelante - demanda el Ruso.
—Buenas noches aquí está su cena Señor Novanov, el gerente manda a decirle que cualquier movimiento extraños que vean o escuchen avisen directamente a recepción, ya que el hotel está bajo amenaza nivel 10.
—Si escuche la alarma ¿que ha sucedido?—pregunta haciéndose el desentendido.
—Una mujer entró haciéndose pasar por una bailarina y le robó algo valioso a un huésped importante.
Mi cuerpo se tensa mierda , el maldito camarero me acaba de echar de cabeza al frente del ruso sexy ¿que hago? no quiero volver a prisión.
—No se preocupe —respondo antes que el ruso me eche de cabeza, me levanto del sillón donde estaba sentada y voy hacia el Ruso - Mi novio y yo no hemos visto y escuchado nada, pero prometemos avisarles cualquier movimientos o ruidos extraños - digo mientras le acaricio el duro pectoral de éste hombre y ¡mierda parece estar hecho de acero! —aunque está noche estaremos muy ocupados en otras cosas , tu ya sabes —el camarero se pone rojo por mi insinuación, yo solo le guiño un ojo.
El Ruso larga un gruñido mientras me acerca más hacia él.
—Está jugando con fuego muñeca y mira que te puedes quemar — lo dice con una voz ronca que hace mi corazón latir más fuerte de lo que está latiendo ya, estoy apunto de sufrir un infarto y este maldito hombre sexy es el culpable —que espera ya oyó a mi mujer —¡mi mujer! ¡ah dios por que me pones estas pruebas a mi! —no hemos visto nada —el camarero huye de la habitación al oír la voz demandante de este hombre, se ve que además de sexy es muy mandón, será de esos hombre dominante en la cama, mira que yo puedo ser su Anastasia señor Cristian Grey, que piensa niña concéntrate en lo importante me repelo mentalmente.
—¿Así que eres una pequeña ladrona? — afirma sin soltarme.
—No es como crees -trato de justificarme, él solo levanta una de sus cejas.
—¿Ah no?—pregunta sarcástico.
—¿Me vas a denunciar ?—pregunto preocupada.
—No — dice haciendo que mi alma vuelva a mi cuerpo. —aunque tienes que ganarte tu libertad, en esta vida nada es gratis кукла (muñeca).
—¿Y como puedo ganarme mi libertad? —pregunto coqueta mientras acaricio a través de su ropa su fuertes pectorales.
-En un juego de póker — dice dejándome en shock ¿en serio? ¡pudiéramos hacer tantas cosas y él solo sugiere un juego de cartas!.
—¿QUÉ?—pregunto sorprendida, él solo suelta una risa ronca.
—Sabes me aburro mucho cada vez que vengo a los Estados Unidos, soy muy difícil de complacer y me gusta jugar mucho al póker ¿tú no?.—se nota que se esta riendo por mi reacción, si bien dije que no tendría sexo con él es algo que tampoco me degustaria, por dios si este hombre está como me lo recetó el doctor.
—O sea si yo gano me ganaría mi libertad ¿y si tu ganas? ¿Cuál sería tu premio entregarme a la policía?—pregunto alejándome de él.
—Algo así, digamos que si yo gano tú te entregaras -no se por que pero creo que lo dice con doble sentido, aunque es algo que no quiero averiguar ya que solo quiero pensar en mi libertad si pierdo tengo la posibilidad de que él me obligue a que me entregue a la policía y eso es algo que no puede volver a pasar.—aunque primero comamos muñequita, estoy que me muero de hambre ¿tú no? Puede ser tu última comida en libertad .—es un pedazo de hijo de su rusa madre, se sienta en la mesa como si fuera un rey después de sacarse el saco y se arremanga su camisa.
Tengo que salir de aquí pero cómo lo vas hacer, vamos tú sola te metiste en la cueva del lobo ahora no te queje niña me repele mi conciencia por décima vez.
—Ni lo piense muñeca, no podrás salir de aquí sin mi consentimiento, tengo a mis hombres alertas esparcido por todo el hotel y ellos no son los guardias del hotel —puedo sentir un toque de amenaza en sus palabras, sin nada más que hacer solo concentrarme en ganar esa partida me siento a la mesa frente a él y su maldita y sexy sonrisa se agranda al ver que se salió con la suya.
Es un maldito psicópata está disfrutando de tenerme en sus manos, pero él no sabe quién soy yo, no pienso volver a ese maldito lugar de ninguna manera.