Capitulo 1.

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Luka

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Luka.

Doy un fuerte suspiro tratando de controlarme estoy realmente fastidiado, quiero arrancarle la cabeza a este maldito idiota que no para de hablar y llorar como un maldito marica.

Otra vez el Italiano maldito me la jugó, sabe que odio venir a New York y más si es para hacer el trabajo sucio, pero él

maldito se las arregló para que yo venga en vez de venir él, con socios como ese para que uno quiere enemigos, por suerte pude sacarme de encima al pesado de Yerik lo dejé controlando algunos "problemitas" menores en Moscú, mi hermano menor es un verdadero dolor de cabeza a veces suele comportarse como un niño de 10 años en vez de un chico de 16 años.

—¿Me quieres ver la cara de imbécil Bruce? —le pregunto furioso al hombre que está colgado y golpeado sobre el gancho.—dos malditos barcos uno con rumbo a Italia y el otro a Rusia desaparecidos en alta mar ¿coincidencia o traición? yo me tiro más para la segunda opción ¿tú qué piensa Vladimir? — pregunto a mi Boyevik (jefe de seguridad).

— Opino lo mismo que usted jefe — me responde con una sonrisa macabra sabiendo lo que se avecina.

— Sabes Bruce odio venir a New york y si a eso le sumamos tener encima al Italiano quejándose por que el cargamento se perdió quejándose de que alguien nos quiere ver la cara de imbéciles y bla bla bla, eso me pone de muy pero muy mal humor, así que vamos a dejarnos de rodeos y vamos a ir directo al grano —comentó fastidiado —tú no solo tuviste la osadía de sacarles los GPS a los barcos si no que también quisiste venderles nuestras mercancías a nuestros enemigos, pero no contaste con algo, que nosotros no confiamos ni en nuestras sombras, cada una de las cajas cuenta con un chips de rastreo resumiendo, siempre supe donde estaba mi mercancía solo quería saber, si fuiste tan valiente para robarme si también lo era para decírmelo en la cara, pero veo que me equivoqué qué decepción.

—Señor yo yo ....

—Tu tiempo terminó, Vladimir encárgate el maldito acabo con mí poca paciencia y no tengo ganas de ensuciar mis manos con tan poquita cosa—ordenó interrumpiendo su lloriqueo —y que sea doloroso.

—Como usted ordene señor — me responde Vladimir sonándose el cuello.

Salgo del galpón donde teníamos a la asquerosa rata , me doy un masaje en mi sien tratando de calmar mi dolor de cabeza odio los cambio de horarios.

— ¿Al hotel señor?—me pregunta mi chófer.

—Si Efraín. — respondo.

Soy el maldito lider de la Mafia Rusa desde hace tres años cuando una maldita enfermedad se llevó a mi padre, me he criado para ser una maldita máquina asesina, nadie tenía fe a mi mandato todos creían que todavía no estaba preparado, pero con tan solo 22 años pude demostrarle a todos esos malditos que era un digno heredero de la dinastía Novanov.

Al estacionar el auto frente del hotel Placer uno de los hoteles más lujosos de este país, bajó de inmediato seguidos por dos de mis hombres de confianza.

—Hasta aquí ordeno —les recuerdo que se defenderme solo y muy bien —no me gusta que me estén siguiendo como si fuera un niño de kinder.

— как вы говорите, сэр ( como usted diga señor).

Cruzó la recepción directo hacia el elevador sintiendo las miradas de toda las mujeres encima mío, no puedo hacer nada con eso soy irresistible.

La alarma del hotel suena y yo bajo un piso antes con mi arma preparada por si las cosas se ponen feas.

Trato de despejar el perímetro cuando choco o más bien dicho alguien choca contra mi pecho.

Guardo mi arma en mi cintura discretamente y sostengo a la hermosa muñeca antes de que se caiga al suelo , sosteniéndola de su cintura.

Repaso a la hermosa mujer de arriba abajo ¡gracia a dios! algo bueno tenía que sacar al venir hasta aquí.

—Oт чего убегает? ( ¿de que escapa muñequita?).— pregunto al verla tan alterada.

—¿Eres mi Ángel Salvador? —pregunta coqueta.

—O la persona que te llevara al mismísimo infierno — digo con doble sentido viéndola a los ojos.

Mi madre siempre me dice que desde niño fui muy caprichoso, puede ser que tenga algo de razón ya que cuando me encapricho con algo no paro hasta conseguirlo, ahora ahí algo que quiero y sin importar que y es a esta chica en mi cama y no pararé hasta conseguirlo, por algo soy el maldito Pakhan de la mafia rusa.

—¿Señor se encuentra bien?— pregunta uno de mis hombre sacándonos de nuestra burbuja de deseo — el guardia de seguridad del hotel me acaba de informar que una mujer le acaba de robar a uno de los huéspedes de lujo, están cerrando todo el hotel debe de ir a su habitación.

Los ojos de la chica se abren de la impresión, así que eres una pequeña ladrona pienso para mi mismo

—¿Así que nadie que no esté registrado podrá salir de aquí?— preguntó sin soltar a la chica.

—Si señor dicen que....

—Que me traigan la cena para dos y una botella del mejor vodka —suelto a la chica que está en shocks y camino hacia el elevador. —¿vienes?— pregunto mirándola.

—No me voy acostar contigo — sentencia haciendo que yo largue una carcajada.

—No era para eso que te invitaba, era para que te puedas ganar tu libertad pequeña ladrona o quiere que llame a la seguridad del hotel—ella me mira sorprendida y camina hacia el elevador sin decir una sola palabra.

Una sonrisa de satisfacción se asoma en mi rostro, yo siempre me salgo con la mía, soy como un león una vez que le echo los ojos a mi presa no paró hasta casarla e incarles los dientes.

El León Ruso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora