El León Ruso.

Capitulo 40.

LUKA.

El sonido de mi celular hace que abra mis ojos , mierda no he dormido nada, fue una noche muy entretenida pienso y es inevitable que una sonrisa se presente en mi cara.

Estiro mi brazo para tomar mi celular mientras mi кукла se aferra más a mi pecho , cuando leeo el mensaje rápidamente me levanto de la cama.

—¿Ha pasado algo ?_—pregunta Amber con su mirada todavía dormida, yo la miró y tragó saliva al notar que hasta recién levantada hace que mi polla se enloquezca, es una maldita sirena que me tiene embrujado.

No le respondo y me concentro en responder el mensaje dando un par de órdenes para que todo esté bajo control, mientras me adentro hacia el baño necesito una ducha urgente.

—Idiota —me insulta seguramente por no haberle respondido.

Cuando salgo de la ducha, me percato que tengo dos llamadas perdidas de Vladimir y entonces tomo el celular para devolverle la llamada.

📲 ¿Qué carajo pasa ?¿ pudieron atrapar al maldito?

📱 No señor será mejor irnos de el edificio los drones detectaron movimientos extraños de el edificio de en frente, ya ahí un grupo revisando la zona pero para su seguridad y la de la señora es...

📲 Si ya entiendo preparen las camioneta en 20 minutos bajo — es lo último que digo antes de cortar la maldita llamada.

Salgo del baño con una toalla en mi cintura, evitó mirar hacia la cama donde se encuentra ella, por que estoy muy seguro que no me podré contener y en estos momentos no hay tiempo para follar.

Me acerco a la ventana con cuidado , por la dudas tengo montada mi 9mm que siempre llevo conmigo fue un regalo especial de mi padre, en la punta tiene la Inicial de mi apellido grabada en oro y diamante.

— ¿Qué mierda está pasando Novanov?— pregunta y yo cometo el grave error de mirarla, su cuerpo desnudo debajo de la suave tela de seda hace que mi polla reaccione rápidamente.

— Tiene 5 minutos para bañarte y cambiarte tenemos que salir de aquí — ordenó sacando mi mirada de ella, esta mujer es una tentación andante.

—Ya entendí no tienes que ser tan imbécil — responde evidentemente enojada y la forma de cerrar la puerta del baño lo confirma esta enojada ¡y no entiendo el porque! ¿quién entiende a las mujeres?.

Cuando ella sale del baño yo ya estoy cambiado y por suerte ella también salió ya vestida no soportaría mucho verla desnuda otra vez.

— Tenemos que salir por el ascensor de servicio las camionetas nos están esperando en la parte trasera, toma— le paso una pistola ella me mira abre la boca para decir algo pero la vuelve a cerrar y solo asiente con la cabeza.

—Señor por fin íbamos ir por usted, son Alemanes señor capturamos a uno los otros estaba muerto —me informa Vladimir.

— Saquen a la señora de aquí, y llévame donde se encuentra ese svoloch' ( Hijo de Perra) tenemos que saber quién mierda me traicionó —ordenó .—por que alguien tuvo que decirle mi ubicación a Sokolov.

Amber.

Lo último que pensé antes de cerrar mis ojos después de una noche tan caliente fue lo incómodo que sería dar la cara la mañana siguiente, pero esta vez el universo conspiró a mi favor y por seguridad a penas si hablamos con el Ruso evitando ese incomodo momento después de el sexo.

Me guardo en la parte trasera de mi cintura el arma que me dio el Ruso y sigo a unos de los hombres hasta la camioneta, en otro momentos me quejaría por dejarme afuera de la acción pero ahora solo quiero estar lo más lejos posible de él, y así evitar esa conversación incómoda.

Nos subimos en diferentes camionetas y cuando la mía por fin arranca doy un fuerte suspiró, mi cuerpo se relaja y apoyo mi cabeza en el asiento, cierro mis ojos por un segundo y es inevitable no pensar en nuestra noche, en su cuerpo junto al mío, de mis gemido y sus gruñidos pidiéndome que diga su nombre, ese maldito Ruso es el maldito dios de el sexo.

— El señor me ordenó llevarla a desayunar ¿prefiere un lugar en específico?—pregunta uno de los hombres sacándome de mis pensamientos.

—En cualquier cafetería para mi está bien — respondo.

—Como ordene la señora, daré un par de vueltas para verificar que no fuimos seguidos y la llevaré al mejor Café de la ciudad —asiento con mi cabeza no pienso discutir nada hoy mi cabeza es un mar de dudas.

Pensé que follandome al maldito Ruso iba a terminar con ese deseo que tengo cada vez que lo miro, pero creo que sucedió todo lo contrario, por que a pesar de haberlo hecho muchas veces anoche esta mañana apenas lo vi yo solo pensaba en una sola cosa y no era en el supuesto ataque de la gente de Sokolov, si no en volver a repetir lo que hicimos horas antes.