Luka Novanov Líder de la mafia Rusa , un hombre que es frío como el hielo que solo se peocupa por su familia o las personas que considera como tal.
Amber Molina una mujer con cara de ángel y personalidad de demonio no te deje engañar por su cara de...
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Amber.
No se como hizo el ruso para poder quitarme la parte de abajo de mi vestido pero cuando quise darme cuenta ya solo había quedado solamente con el corsé y mis bragas junto a las ligas blancas, era una sorpresa para nuestra noche de boda pero alguien anda muy urgido.
—¡Maldita sea! ¡soy el hombre más afortunado de este maldito mundo! _ exclama mientras recorre de arriba abajo mi cuerpo con una mirada de depredador haciéndome sentir la mujer más sexi y deseada de este maldito mundo— esto será rápido pero te aseguro que en la luna de miel te la voy a recompensar muñeca —advierte y se muy bien que cumplirá esa promesa.
Por suerte la camioneta es bastante espaciosa lo cual no se dificulta tanto para poder besarnos y acariciarnos como nos gusta, sus manos dejan una sensación caliente en cada lugar de mi cuerpo el cual recorre.
Me recuesta contra el asiento mientras nuestras bocas chocan en un beso lleno de desenfreno, no lo hemos vuelto a tocar en casi dos semanas y eso nuestros cuerpos nos lo reclaman.
Nos devoramos como dos malditos animales muertos de hambre nuestros besos no son suaves y tiernos todo lo contrario están llenos de pasión y vehemencia.
Va recorriendo mis muslos hasta llegar a mi zona prohibida para empezar una tortura empapándose con mi humedad, llevándome al limite de hasta suplicar por que se entierre en mi.
— Por favor Luka —suplico haciendo que su dedos jueguen aún más todavía.
Mi humedad aumenta a medida que sus dedos se van clavando hasta lo más profundo de mi ser llevándome al límite de mi desespero.
—¡Mierda que espera el león para complacer a su mujer! —reclamo con la voz demasiado agitada.
Él solo refriega su erección contra mi intimidad la cual se encuentra cubiertas por mis bragas la que ya se encuentran sumamente empapadas, lo atraigo más hacia mi para besarlo apasionadamente y engancho mis piernas en su cintura, se despega de mi boca para entretenerse con mi pecho derecho pasando su lengua por el pezón repitiendo lo mismo con el izquierdo no sé en qué momento se desabrochó el pantalón solo se que con un pequeño movimiento a mis bragas hacia un costado soy invadida por su polla por fin sintiéndome completa.
Sus embestidas son certeras y salvajes no estamos en un momento de sutileza o romanticismo solo queremos fundirnos el uno con el otro hasta saciar este deseo desenfrenado que nos consume.
Clavo mi uñas a su espalda jadeando por sus invasiones las cual son cada vez más rápidas, el espacio es limitante pero aun así no los detiene, nuestras bocas parecen tener un imán la cual van al compás de sus embestidas, mi espalda se arquea y trato de contenerme pero es inevitable mis paredes empiezan a contraerse haciendo que su polla se agranda mientras clavo mis pies en su espalda fuertemente el vuelve a embestirme sin piedad y sin poderlo evitar más estalló en un fabuloso orgasmo, el larga un sexy rugido mientras sé vacía en mi interior.
—Ty moya proklyataya kukla sud'by (Eres mi maldita perdición muñeca) — gruñe algo en su idioma, lo que obviamente no entendí estoy empezando a odiar la maldita diferencia de idiomas.
— Sabes creo que usar tu idioma sabiendo que yo no entiendo ruso es algo muy cobarde de tu parte —reprocho sarcástica mientras recuperó el aire.
—Eh dicho que eres mi maldita perdición muñeca— sus ojos me miran fijamente mientras que mi corazón acelera —¿Ahora quien es el cobarde nena?_ pregunta mientras bajo la mirada y yo me reprocho mentalmente por haberlo provocado.
¡Mierda! no se ni que decir en este punto no se ni que es lo que siento, solo sé que sus palabras no solo me gustaron hasta me emocionaron de alguna manera, este maldito ruso ha venido a armar una revolución rusa en mi mente y mi corazón, esta puede ser una guerra en la cual yo tengo todas la de perder.