SIGUIERON UNOS DÍAS de rutina sin importancia, todos con una cosa en común. Los millones de llamadas que recibiría de Billy diariamente. Su teléfono empezaba a sonar periódicamente a las nueve en punto y sonaba a intervalos regulares, cada hora hasta las once de la noche. Se preguntó a cuánto ascendería su factura telefónica a fin de mes, no es que realmente le importara de todos modos. Se merecía tener que pagar una factura de teléfono exorbitante por lo que dijo. Tendrían que pasar unos días más antes de que estuviera lista para siquiera pensar en contestar el teléfono. No fue fácil ponerse del lado malo de Athena, pero fue muy difícil salir de él. Pasaba sus días en la escuela o en la casa de los Cullen, evitando la reserva y todas las llamadas en todo momento.
Resultó ser un día que rara vez ocurría cuando ella bajó pesadamente de su habitación justo cuando era mediodía, un día en el que no tenía nada planeado. Así que hizo lo que siempre hacía cuando estaba sola. Encendió el fuego en su chimenea, queriendo tener las llamas para mirar, sacó su libro y puso un televisor de fondo para amortiguar los muchos sonidos del exterior que a menudo rompían su enfoque de lectura. Esa fue una ruina de la vida vampírica, las constantes distracciones ruidosas que no tenían botón de parada.
Una hora de felicidad ininterrumpida cayó con la aproximación de un automóvil, uno cuyo sonido distinguido reconoció. El vehículo Negro. Athena esperó a ver si podía escuchar dos juegos de latidos o solo uno, esperaba que fuera uno. Afortunadamente, un par de pies emergieron del automóvil inmóvil y se dirigieron por el camino hacia su casa, casi tropezando con uno de los escalones superiores. Justo cuando llamó a la puerta, Athena miró por la ventana para ver los niveles de luz solar. No se sorprendió al descubrir que era un día oscuro y sombrío y las nubes colgaban cargadas de lluvia que tan desesperadamente deseaban caer sobre la tierra. Caminó lentamente hacia la puerta, deteniendo la televisión mientras la abría. –Hola Jake, ¿en qué puedo ayudarte?– sonrió ella, apartando sus pensamientos de su mente.
Él le devolvió la sonrisa, asintiendo como una forma de saludar. –Me preguntaba qué pasó contigo y papá, parece muy afectado por eso–, respondió, frotándose la nuca con nerviosismo. No hacía falta ser empático para darse cuenta de que estaba preocupado por su padre y Athena, dos personas que tenían la relación más extraña pero que simplemente funcionó.
Athena suspiró, apoyándose en el borde del marco de su puerta. –En realidad no pasó nada, solo dijo algo que no debería haber dicho.
–¿Qué dijo?– preguntó principalmente preocupado pero los secretos de la discusión eran terriblemente intrigantes. Se preguntó por qué su padre había dejado de castigar antes de tiempo después de ver el fútbol en casa de Charlie.
–No puedo decírtelo, lo siento. Aunque fue horrible–, Athena respondió odiando la expresión cabizbaja que se tragó algunos de sus sentimientos. Jake odiaba que lo mantuvieran en la oscuridad.
–Parece realmente arrepentido–, respondió en voz baja, no queriendo irritarla más y arriesgarse a poner en peligro la amistad que compartían.
–Como debe ser–, se burló ella, sacándose el cabello del medio moño bajo que se había recogido para leer y así tener algo en lo que concentrar su irritación, en lugar de gritarle a Jake. –¿Te mandó él para acá?
–No, para nada–, soltó tan rápido que ella supo que era la verdad. –Solo quería comprobar que estabas bien.
–Estoy bien, Jake–, se rió suavemente, tranquilizando casi todas las preocupaciones que habían provocado su viaje fuera de la reserva. En ese momento, su atención se desvió de la persona en su puerta al vampiro que caminaba por el camino que se dirigía a su casa. A medida que se acercaba, comenzó a preguntarse por qué no había conducido como de costumbre, pero no le prestó atención una vez que le sonrió a unos pocos metros de distancia. Jake se giró, notando el cambio repentino en su expresión y se quedó perplejo al ver a Jasper caminar hacia ellos dos. Jake miró a Athena, dándole una mirada que hacía una pregunta que nadaba en su cabeza. –Jasper Hale, un amigo de la escuela–, habló en voz baja, actuando como si él no fuera a escucharla. Jake asintió y le sonrió a Jasper mientras pasaba, mirando al suelo solo una vez que recibió una mirada fría. –Lo siento, no suele estar de mal humor–, se rió, mirando de nuevo a Jasper (que acababa de entrar a su casa) con el ceño fruncido.
ESTÁS LEYENDO
WRITER IN THE DARK • JASPER HALE - TRADUCCIÓN
FanfictionAthena disfrutó viendo los placeres más pequeños, hasta un simple escarabajo en la tierra. Después de todo, después de unos buenos años de vida, no podía dejar de notar las cosas más pequeñas. Las grandes cosas ya no tenían el mismo efecto. Ella sim...
