2 - Reunión

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DESPUÉS de un día escolar en el que había leído y anotado dos libros, Athena volvió a ponerse los auriculares y comenzó a caminar hacia el único lugar que todavía se veía igual. Una vez que llegó al borde del bosque, Athena se detuvo por una fracción de segundo para escuchar los latidos del corazón. Después de que una madre y su hijo menor pasaran, salió a correr por el bosque. Athena había perfeccionado la evasión de los lobos hace siglos y llegó al lugar de la reserva con poco esfuerzo. Se detuvo en la puerta blanca y sonrió cuando el olor familiar inundó su nariz. Llamó rápidamente a la puerta, sintiendo la presencia de lobos acercándose con cada segundo que pasaba. La puerta se abrió y sonrió suavemente, -Billy Black.

-Athena-, respondió con la misma voz en blanco. Los dos comenzaron a reírse y ella entró por la puerta, inclinándose para abrazarlo. -¿De verdad ha pasado suficiente tiempo para que estés de vuelta aquí?

-Eso hace que suene como si no solo adoraras mi increíble presencia-, se rió, entrando a la casa mientras él le daba la bienvenida adentro. -Han pasado doscientos años, tenía tantas ganas de volver-, se encogió de hombros, mirando todos los cuadros sobre la pared.

-¿Para honrarme con tu presencia?

-Exactamente-, se rió entre dientes, acomodando una silla en la sala. -Entonces, ¿qué hay de nuevo en tu vida? Supongo que ya no estás en fase, dadas las arrugas que tienes en la frente.

-Eso y la silla de ruedas-, se rió entre dientes y ella levantó una ceja, su expresión se volvió pétrea. Billy sonrió y de repente pudo ver al lobo de diecinueve años al que se había acercado tanto. -Tengo un hijo, un hijo.

Ella levantó una ceja con intriga, -¿En serio? ¿Es todo un lobo como tú?

-No, todavía no al menos-. Sus oídos captaron el sonido de un coche acercándose a la curva de su casa.

-Así que una persona menos que me va a querer matar, genial-, hizo una pausa, sintiendo la presencia del lobo acercarse aún más al edificio. Esa no era una conversación que ella esperaba con ansias. -No ocultemos información viejo, vamos, cuéntame sobre él-, sonrió, tratando de forzar la amenaza que se avecinaba de nuevo en su cabeza. Mientras hablaba, Billy se acercó a una mesa y cogió una fotografía enmarcada.

-Su nombre es Jacob-, hizo una pausa, entregándole la foto. Athena tomó la foto y analizó cada aspecto de ella en segundos. Se veía casi idéntico a Billy, hasta la mirada en sus ojos. -Tiene quince años y es la persona más terca que jamás conocerás.

-Creo que alguien ya tomó ese puesto y dado que he conocido a muchos mortales, es de alto rango-, se rió entre dientes, dejando suavemente la fotografía. Escuchó atentamente el lento y agotado paso de los pies de la persona que se acercaba y rápidamente se dio cuenta de que no eran una amenaza inmediata. La puerta se abrió con un ruido metálico y Athena se movió para sentarse de forma más humana, asegurándose de mantener su respiración rítmica.

-Jacob-, gritó Billy, deteniendo al adolescente a mitad de camino. Observó mientras él se estremecía ante el nombre y pronto escuchó por qué. Billy continuó, -Ella es Athena, una... amiga de la familia.

-Encantada de conocerte, Jake-, Athena sonrió, viendo como el adolescente volteaba a mirarla. Sus ojos se agrandaron y las mejillas se tornaron de un suave carmesí, su mirada se dirigió hacia el suelo. Ella se rió entre dientes por lo bajo, sin llamar la atención de nadie en la habitación.

-Sí, tú también-, él sonrió, confundido de cómo ella sabía el nombre que él prefería usar. Jake caminó hacia adelante nuevamente, golpeando suavemente el costado de su pierna contra una silla mientras se dirigía a su habitación.

Billy lo confundió con descortesía y negó con la cabeza, -Adolescentes.

-¡Oye!- exclamó ella clavándole una mirada divertida.

WRITER IN THE DARK • JASPER HALE - TRADUCCIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora