33 - Palomitas

522 42 0
                                    


ATHENA LLEGÓ a la casa de Billy tan temprano que Jake todavía estaba desmayado en la parte de atrás. Alrededor de las diez de la mañana, ella y Billy estaban inmersos en una discusión o debate sobre algo que en realidad no era tan importante, él simplemente estaba equivocado. Estaba en medio de una parte muy importante de su argumento cuando el traqueteo de un camión demasiado familiar llegó a sus oídos. Escuchó atentamente mientras el camión avanzaba por el camino y se estremeció visiblemente cuando giró para entrar en la reserva. Los pensamientos de Bella eran ruidosos. Esto no iba a ser bueno.

Saltó a mitad de la frase y corrió hacia la puerta, abriéndola justo antes de que pudiera llamar. El rostro de Athena no mostró ningún signo de expresión mientras miraba al mortal de arriba abajo, esperando algún tipo de explicación que ya sabía. Solo esperaba que Bella se echara atrás antes de que pudiera infligir algún daño. –Necesito verlo–, dijo en voz baja, destrozando todas las esperanzas de cambio de pensamiento de Athena.

–Él no está–, la voz de Billy resonó por el pasillo mientras se acercaba a la puerta, deteniéndose justo al lado de Athena con una leve mirada furiosa hacia Bella. A Billy no le agradaba particularmente esta mortal, dado que trató de que su mejor amigo hiciera algo con lo que ella no estaba de acuerdo y la culpa de su decisión persiguió sus pensamientos durante semanas. Athena se sintió horrible, pero siempre se apegaría a sus creencias.

–Lo siento, pero necesito verlo–, suspiró Bella, abriéndose paso a través de la puerta y dentro de la casa.

–Bella–, advirtió Billy mientras empujaba a través de la casa. Novw Athena había pensado que esta situación sería bastante fácil de resolver si se lo proponía, pero el vampiro se había visto privado de entretenimiento durante un tiempo. Además, quería mantenerse al margen de los acontecimientos de la vida de Bella lo mejor que pudiera. Involucrarse con ella parecía ser algo malo que la afectaba, así que por su propio bienestar, se mantuvo al margen.

Salió de un ensueño cuando Bella corrió de regreso a través de la casa, dirigiéndose rápidamente hacia afuera donde la manada había comenzado a conjugar. Athena cerró suavemente la puerta detrás de ella y luego se volvió hacia Billy, suspirando profundamente cuando Bella comenzó a gritarle a Sam. –Esto está a punto de ser interesante–, rompió el silencio mientras los dos se dirigían a la habitación de Billy, usando la ventana trasera como un lugar para mirar sin ser vistos, gracias a sus persianas. –¿Tienes palomitas de maíz?– bromeó mientras se concentraba en su conversación, aferrándose a cada palabra. Se sentía como si estuviera viendo un programa de televisión o una película sobredramatizados.

Billy permaneció en silencio y volvió la cabeza, dándole una mirada que decía todas las palabras que inundaron su mente. Aunque se dio cuenta de que una parte de él, que no estaba preocupada por la vida de las personas, quería reírse.

–Lo siento–, se disculpó con una risa leve, que permaneció en voz baja mientras miraba hacia atrás para ver cómo se desarrollaba la escena. Ella levantó una ceja, –¿Acaba de empujar a Sam? Maldita sea, Bella tiene ovarios.

–Ovarios estúpidos–, murmuró Billy con una cara seria, mientras que Athena no pudo evitar reír. Sabía que no sucedería nada terrible, debido al plan de acción que se gestaba en la mente de Sam, por lo que estaba mucho más relajada con respecto a la situación que Billy. Lo que explicaría la risa que eligió pensar que estaba alimentada por el nerviosismo. –Ella tiene sus hechos mezclados.

Athena se estremeció verbalmente cuando la mano de Bella chocó con la cara de Paul, provocando la ira que provocó que se revolviera dentro de él. Por un momento se preguntó por qué la mano de Bella no se había roto, dado que acababa de abofetear a un lobo. Ella jadeó, –Sí, definitivamente confundida.

WRITER IN THE DARK • JASPER HALE - TRADUCCIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora