WRITER IN THE DARK • JASPER HALE - TRADUCCIÓN

25 - Trabajo escolar

A LA MAÑANA SIGUIENTE, Athena rápidamente ordenó toda su casa mientras Jasper miraba la televisión sin pensar. Él se había ofrecido a ayudar, pero ella lo rechazó, sabiendo que posiblemente podría poner algo en el lugar equivocado y alterar todo el flujo de la habitación. Escuchó música mientras ordenaba, haciendo pausas para algunos bailes que él miraba en secreto con una sonrisa de admiración. También horneó cupcakes rápidamente, glaseándolos perfectamente porque tenía un mortal que venía a pasar el día. Eric y ella se habían asociado para un proyecto que requería trabajar fuera de la casa. Ella había ofrecido su casa, sabiendo que sería tranquila y más segura para ella.
Dada toda la situación de los vampiros.

Pero para este proyecto en particular, Athena quería deshacerse de cualquier distracción para poder ponerse al día con la vida de Eric más de lo que tenían en las lecciones. Así que Jasper tuvo que irse, cortésmente, por supuesto. Escuchó el tictac del reloj por el rabillo del ojo, escuchando y contando hasta el momento exacto en que tendría que irse. Quería dejar al menos un espacio de cinco minutos antes de la hora prevista de llegada de Eric y convencer a Jasper de que se marchara le llevaría al menos unos minutos.

Con dos minutos de empujones, verbales y no físicos, Athena logró llevar a un Jasper reacio a la puerta principal. –¿Por qué no puedo estar aquí?– suspiró, con la mano apoyada en la manija de la puerta.

–Porque–, prolongó ella en un tono que no necesitaba explicación y provocó una suave risa en él. –Y tienes que volver con tu familia, como dijiste que harías–, respondió ella, todos los signos de una sonrisa escondida en su rostro cuando atrapó su mirada con una mirada fija.

Suspiró cuando ella abrió la puerta colocando su mano sobre la de él, –¿No puedo simplemente sentarme arriba?

–Nop. Vuelve con tu familia.

–Athena...

Ella se rió, –¡Tienes que irte! Él estará aquí en unos cinco minutos.

Jasper arqueó una ceja, sonriéndole divertido, –¿Sabes cómo suena esto, verdad?

Ella puso los ojos en blanco, luchando contra las ganas de reírse del comentario. –Como una comedia romántica engañosa que me encantaría y vería, lo sé, lo sé. ¡Ahora vete!– ella respondió con una carcajada sin aliento, empujándolo suavemente fuera de la puerta en una forma de broma que reflejaba las infames escenas de comedia romántica.

–Está bien, está bien–, se rió entre dientes, finalmente saliendo por la puerta por su propia voluntad.

Se paró en la puerta, apoyando su cadera contra el marco. –Ya te han perdonado, solo no mires a los ojos a nadie. Las miradas de lástima se pueden evitar de esa manera–, se rió suavemente y rápidamente lo besó en la mejilla, viendo cómo su sonrisa crecía. Lo vio bajar unos pocos escalones y luego lo vio alejarse a toda velocidad hacia el bosque, tomando la ruta más directa a la casa de los Cullen. Athena sonrió mientras volvía a cerrar la puerta, volviendo a su sala de estar para averiguar qué más necesitaba arreglar. Limpió la mesa de café de todos sus libros, reemplazándolos con la pequeña pila de libros escolares que guardaba en un estante separado en su biblioteca como lo llamaba Jasper. Puso un poco de madera nueva en el neumático, creando un estallido de calor más denso que sin duda mantendría caliente al mortal que se aproximaba durante el día.

Terminó de limpiar justo cuando las llantas de un automóvil esparcieron la grava de su camino de entrada. Esperó a que él llamara y esperó unos segundos antes de ir a abrir, sabiendo que a menudo los mortales tardaban unos minutos en abrir la puerta. –¡Ella está viva!– Eric se rió cuando ella finalmente abrió la puerta, levantando ambas manos en celebración.