14 - Argumentos

1.1K 93 2
                                    


ATHENA entró en la casa de Billy, después de haber recibido una llamada telefónica bastante frenética justo cuando el sol salía del cielo. Había viajado rápido, haciendo una parada rápida para tener una breve conversación con uno de los lobos usando su poder de lectura de pensamientos. No sabía qué lobo era, ya que era información que no estaban dispuestos a dar en ese momento, por lo que no profundizó en su mente, queriendo mantener un interesante acto de secreto. Todo lo que sabía era cómo sonaba su voz, aparte de que la persona era un completo misterio. Cuando cruzó la puerta, la nariz de Athena se volvió por el hedor a alcohol que provenía de las latas vacías en el contenedor que definitivamente había estado allí por más de un día. Descubrió que Jake no estaba en casa, ya que había terminado con su castigo esa mañana. –Bella está con Edward–, dijo Billy tan pronto como entró en la habitación a oscuras. Athena abrió las cortinas, dejando que la luz de la mañana se extendiera por la casa.

–Depende de lo que quieras decir con–, se encogió de hombros, sentándose en el brazo del sofá. Podía sentir que Billy no estaba complacido, no hacía falta ser la persona más inteligente para darse cuenta de eso. Solo se preguntaba por qué había decidido que ella sufriría la peor parte de su incomodidad con el arreglo.

–Románticamente–, resopló, dándole una mejor idea de sus niveles de ira. Athena no pensó que la relación entre humanos y vampiros iría muy bien, dado todo lo que funcionaba en su contra, pero se mantuvo imparcial en la discusión, por el bien de su amistad con el clan Cullen.

–Creo que sí–, respondió Athena, observando físicamente cómo su expresión cambiaba a una de enojo con cada milisegundo que pasaba.

–¿Acaso no-– vaciló, incapaz de encontrar las palabras mientras se acercaba a ella. –¿Son estúpidos?

–Billy-

–La matarán–, intervino, con voz firme pero llena de ira. Athena estaba medio preocupada de que entrara en fase por un segundo y luego recordó que ya no podía más, eso podría haber sido un problema interesante.

–No, no lo harán–, se defendió Athena, sabiendo que ninguno de ellos se atrevería a causarle daño a Bella, oa cualquier otro ser humano. De hecho, la acusación hizo hervir una ola de ira dentro de ella, pero la barrió debajo de la alfombra, no queriendo arremeter.

–Lo harán, son incontrolables–, argumentó, la voz cada vez más fuerte con cada sílaba. Fue un milagro que Jake no estuviera en casa.

Ella exclamó, –¡Oye!

Billy suspiró molesto, –Tú tienes la capacidad de controlarte a ti misma, ellos no.

–Eso es injusto y sabes que lo es–, respondió ella en voz baja, el ceño fruncido en su rostro le decía las emociones que tanto le costó ocultar.

Se mantuvo firme, cada vez más enojado por la preocupación. Athena sabía que sus genes tenían algo que ver con eso, no es que eso excusara nada. –Bueno, es la verdad. Bella está siendo puesta en peligro–, replicó.

–Cuidaré de ella, te lo juro–, juró en voz baja, con la esperanza de deshacerse de algo de la ira que causó un muro entre sus dos especies. Una pared que ella pensó que había sido demolida hace mucho tiempo.

–¿Qué pasa con esos otros?– vaciló, levantando una ceja. –No puedes ir contra todos ellos.

–Soy más poderosa de lo que parezco, Billy, lo sabes–. resopló Cruzando los brazos sobre su cintura.

–¿Contra los Vulturi?

–Tengo mis caminos–, se encogió de hombros, habiendo planeado exactamente cómo los abordaría varias veces antes.

WRITER IN THE DARK • JASPER HALE - TRADUCCIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora