26 - Desaparecidos

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ATHENA SE DEJÓ guisar frente a la televisión durante la mayor parte de la noche, y finalmente optó por salir a caminar en las primeras horas de la mañana. Se puso un abrigo discreto y liviano con capucha, para poder esconderse de los mortales que se levantan temprano y puso sus auriculares casi a todo volumen, dejando solo un poco de conciencia en caso de atacantes. Los paseos matutinos siempre habían tenido un punto débil en su corazón. Le encantaba ver a todos los animales dormidos saliendo de sus hábitats y todas las criaturas nocturnas regresando a los suyos para un sueño de un día. Amaba la suave niebla que siempre cubría las horquillas por las mañanas y amaba especialmente la frescura del aire terroso que solo aumentaba a medida que se adentraba en el bosque.

Caminó durante horas, dejando que su mente se calmara antes de finalmente regresar a su casa con la mente liberada y la motivación para hacer el viaje para ver a un Billy enfermo que siempre tenía un efecto en sus emociones. Bajó las escaleras, acababa de cambiarse para el día y notó el extravío de un libro que había puesto en el lugar equivocado. Mira, Jasper era una gran distracción. Suspiró y luego fue a arreglarlo, deteniéndose cuando un olor familiar y reconfortante llegó a su nariz. Ella sonrió y abrió la puerta levemente, lista para cuando llegara a la puerta. Caminó por la sala de estar y sintió una brisa en su cabello. Se giró mientras tomaba el libro del estante y sintió que sus emociones ligeras y alegres caían ante el ceño fruncido en sus labios. –¿Por qué te ves así? ¿Emmett mató a un lobo esta vez?– se rió entre dientes, tratando de mantener la calma para distraerse del nudo en el estómago que siempre venía con un mal presentimiento.

Se aclaró la garganta y se negó a mirarla a los ojos. –Tenemos que irnos–, dijo con un poco de emoción en su voz. Sus hombros cayeron y el libro cayó de sus garras, chocando contra la alfombra debajo de sus zapatos. No podía preocuparse por los libros en ese momento, lo cual se decía algo dada su sobreprotección de los. –Oh–, espetó ella, incapaz de pensar en otra cosa mientras la tristeza invadía todo su ser, enraizándose profundamente en su mente.

–Carlisle está empezando a llamar la atención–, explicó, aclarándose la garganta una vez más. –Así que nos vamos a Nueva York.

–Entiendo–, sonrió suavemente, fingiendo una emoción que no sentía. Esa emoción se había ido y solo se alejaba más de su alcance cuanto más lo miraba y pensaba en todo lo que extrañaría de él y los demás. Todo, lo extrañaría todo. La pequeña curva de sus labios cuando luchaba contra una sonrisa hizo la lista de los diez primeros, sentándose extremadamente cerca del primer punto que siempre estaría allí. Tener una familia de vampiros por una vez en su vida. –Bueno, eh... Nunca he sido muy bueno en lo bueno–

Caminó más adentro de la habitación, la cara se tornó con un suave resplandor que atravesó la ventana de la sala de estar. –Ven con nosotros–, susurró suavemente. Sus ojos se abrieron cuando una sensación de que inmediatamente bloqueó que él pudiera sentir fluía por sus venas. Sus piernas casi se sentían incómodas para pararse y se encontró apoyada suavemente contra su librero, solo mirándolo desconcertada mientras procesaba la oferta.

Ella negó con la cabeza, haciendo que la esperanza que aún tenía se rompiera en pequeños pedazos. Ella suspiró, –No puedo. He estado allí demasiado recientemente.

–Entonces podemos ir a otro lado, solos tú y yo, respondió rápidamente encontrando una solución al problema. Si ese no funcionaba, buscaría otro, no había forma de que dejara algo que había clavado durante tanto tiempo tan pronto. A menos que ella dijera que no, por supuesto.

–Jazz...– susurró ella, con el corazón abrumado por las muchas emociones que inundaban su cuerpo, todas con pros y contras que se mezclaban con su mente previamente tranquila. Ella quería eso, más de lo que él nunca sabría. –No tienes idea de lo mucho que deseo eso–, respondió ella en voz baja, acercándose distraídamente a él.

WRITER IN THE DARK • JASPER HALE - TRADUCCIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora