35 - De regreso?

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NO HABIENDO podido llegar a Victoria una vez más, Athena se dirigió a toda velocidad por el sendero del bosque que conducía a la casa Black con el ceño fruncido en lugar de su sonrisa habitual. Había estado tan cerca de conseguirla, más cerca que antes de que Embry la interrumpiera hace unas semanas. De hecho, logró entrar en su mente, lo suficientemente cerca como para apagar un receptor en su mente que la ayudaría en el futuro. La capacidad de Victoria para sentir la presencia de Athena se había interrumpido tan rápidamente que la facilidad la sorprendió un poco. Por un momento pensó que finalmente tendría la satisfacción de arrancarle la cabeza, pero resultó que no fue así. Así que golpeó la mayor parte de su ira con las plantas de los pies, dejando marcas de botas identificables en el suelo húmedo con cada paso que daba.

Su mente se liberó de la confusión a unos cien metros de la casa Black y su sonrisa habitual se reemplazó. Con una caminata más ligera, aceleró y luego se detuvo por completo cuando un latido llegó a sus oídos. Podía decir que era el de un lobo, debido a la rapidez, pero desde esa distancia no podía distinguir la diferencia entre los olores de lobo que enmascaraban su olor normal. Así que su frente se levantó con sorpresa cuando un irritado Jacob dobló la esquina, sacando sus sentimientos a un arbusto.

–Woah, ahora no dañemos la naturaleza–, dijo mientras aceleraba, haciéndolo consciente de su presencia. Los dos estaban rodeados de silencio mientras ella miraba hacia la planta, comprobando que no se había producido ningún daño que no pudiera solucionar por sí solo. –¿Qué te tiene en un giro?– preguntó, mirando hacia atrás al lobo enfurecido.

–Los de tu clase–, gruñó, comenzando a caminar de un lado a otro. Athena decidió ignorar la excavación obvia, dado su estado actual, pero eso no significaba que doliera menos.

–¿Mi clase?– preguntó ella, apartándose del camino para que él pudiera caminar más fácilmente. Calmó su mente también, por lo que entendió por qué lo hizo, aunque fue extraño para ella presenciarlo.

–Los Cullen–, respondió entre dientes, la palabra claramente era muy difícil para él.

Ella involuntariamente aspiró un suspiro de sorpresa. Había esperado tal vez a Victoria o algo relacionado con Laurant, pero no esto, en ningún lugar en un millón de años esto. –¿Cuál?– preguntó ella, su voz notablemente más tranquila que antes.

–Alice–, respondió rápidamente, con el mismo tono negativo que todos los demás. –Y Edward, técnicamente–, continuó con aún más dificultad que antes, cayendo al notar la caída de interés en las esquinas de sus ojos.

–¿Qué sucedió?– preguntó en voz baja, escuchando el declive en sus rápidas respiraciones alimentadas por la ira.

–Bella saltó del acantilado después de verte a ti y a Embry hacerlo hace mucho tiempo, dijo que tenía algo que ver con la adrenalina, no sé–, probó, mirando distraídamente hacia la línea de árboles.

–¿Ella todavía está haciendo eso? Lucifer–, respondió, maldiciendo en voz baja mientras se preguntaba qué diablos había estado pasando por su mente en ese momento.

–Cuando la llevé a casa, había… Alice estaba allí–, continuó y se detuvo cuando Athena levantó una ceja, con los ojos muy abiertos ante la repentina mención del vampiro.

–¿Por qué?

–Dijo que vio a Bella intentar suicidarse–, explicó con el ceño fruncido.

–Ella puede ver el futuro–, respondió rápidamente, respondiendo a la pregunta que había estado reflexionando desde que salió de la casa de los Swan.

–Entonces Edward–, continuó con un movimiento de cabeza, hirviendo sus palabras ante el nombre. –Llamó a la casa de los Swan y preguntó si podía hablar con Charlie. Entonces le dije que estaba planeando un funeral, lo cual es técnicamente cierto, pero lo confundió con el funeral de Bella.

WRITER IN THE DARK • JASPER HALE - TRADUCCIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora