Athena disfrutó viendo los placeres más pequeños, hasta un simple escarabajo en la tierra. Después de todo, después de unos buenos años de vida, no podía dejar de notar las cosas más pequeñas. Las grandes cosas ya no tenían el mismo efecto. Ella sim...
EL SÁBADO LLEGÓ y, como todos los anteriores, Athena entró en la parte de atrás de la casa exactamente a la hora acordada hace años. No llegó tarde ya que en realidad se había ido temprano sabiendo que se perdería en el bosque por unos minutos. Solo cuando entró por la puerta solo encontró un latido cuando esperaba dos. –¿Dónde está Jake?– preguntó mientras colocaba un lote de panecillos recién horneados en el mostrador de la cocina. Muffins de chispas de chocolate con pequeños trozos de frambuesa, uno de sus favoritos. Tuvo un viernes semi estresante, tratar de elegir portadas para su libro se volvió tan estresante que tuvo que recurrir a hornear para tratar de calmarse lo suficiente como para tomar una decisión real.
–Afuera, la cosa catártica con Quill–, respondió Billy mientras tomaba uno de los productos horneados del mostrador, sonriendo una vez que notó lo que era.
Ella arqueó una ceja, –¿Sin Embry?
Sacudió la cabeza. –Aparentemente está demasiado ocupado con su novia para preocuparse por los hermanos–, se rió, citando directamente las mismas palabras que Jake había dicho con enojo al salir de la casa. Athena también se rió, imaginando el tono de su tono de voz. Sin embargo, estaba feliz por Embry, ya que había conocido a su novia varias veces antes.
–Esas salidas parecen ser cada vez más frecuentes–, respondió ella, todavía riéndose del comentario de Embry. La impresión que Billy tenía de su hijo era demasiado divertida como para pasarla por alto, es algo que probablemente recordaría en los años venideros.
Suspiró, –El matrimonio lo golpeó fuerte.
Luchó por no burlarse del comentario, dado todo lo que él había hecho en su boda y todo. Embry le contó sobre esas cosas hace un par de días y, sinceramente, era solo otra cosa más en la lista de cosas de mierda que le había hecho a Bella. –Me di cuenta. ¿Está al menos un poco mejor?
–Creo que el tiempo que estuvo fuera le hizo algún tipo de bien, pero todavía tiene una vela muy fuerte para Bella, por la razón que sea.
–Estoy segura de que alguien más llegará a su vida y reemplazará ese amor. Aunque los primeros amores siempre son los más difíciles de superar–, se desvaneció, y su voz se convirtió en meros murmullos mientras se deslizaba hacia un recuerdo casi olvidado.
Él frunció el ceño ante su repentino cambio de comportamiento, y al instante se preocupó, –¿Todavía estás de acuerdo con todo eso?
–Oh, por supuesto. Fue hace decenas de años–, sonrió tranquilizadoramente, sin saber muy bien por qué se había detenido en el recuerdo durante tanto tiempo. –Honestamente, la única vez que pienso en ella es en el aspecto de la venganza–, se encogió de hombros.
–No dudo que obtendrás tu venganza–, respondió tranquilizadoramente, sabiendo que ella lo conseguiría en algún momento de su vida. Luego se rió entre dientes, queriendo aligerar el estado de ánimo de la habitación, –Eres demasiado terca.
–Gracioso–, se rió sarcásticamente y luego mostró una amplia sonrisa. –Y no te preguntaré sobre tu primer amor porque sé cómo es ella muy bien–. Ella se rió de su expresión horrorizada, riendo para sí misma mientras sacudía la cabeza y salía de la habitación para evitar la conversación.
–¿Lo amas?– preguntó Billy mientras ella lo seguía a la sala de estar, deslizándose por el suelo en calcetines mientras se estrellaba contra el sofá.
–Lucifer, buen cambio de tema–, se rió torpemente. –Confío en él por completo y lo amo, bueno, diría que se está volviendo más prominente por el ruido de fondo. La verdad es que lo he amado de alguna manera desde nuestro primer beso, el anterior a que se fuera y todo. Ahora es mucho más fuerte. Con todo el tiempo que pasamos juntos, el ritmo es muy rápido, pero no es el tipo de amor que confiesas. Es como si me encantara estar contigo y hablar con tu tipo de cosas.
Él asintió y luego respondió, –Para que conste, no creo que sea demasiado rápido. Cuando lo sabes, lo sabes.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Más tarde ese día, Jasper hizo un viaje espontáneo a la casa de Atenas y la recogió para una sorpresa que había planeado momentos antes. Montaron en la motocicleta, por supuesto, y cuando ella vio hacia dónde habían conducido, sus ojos literalmente se iluminaron. No era el mejor de los días, pero de alguna manera el agua se veía más tentadora y no podía esperar para quitarse el suéter y los jeans para poder nadar a través de ella. Se sumergieron desde una corta distancia y ella inmediatamente sonrió al sentir el agua contra su cuerpo mientras se deslizaba entre las olas. Todavía bajo la superficie, sonriendo incontrolablemente, Jasper tomó su mandíbula y la besó, tachando una cosa demasiado romántica de su lista de citas robadas de libros de romance. Una lista que ni siquiera sabía que existía.
A partir de ahí, yacieron en la superficie del océano hablando y mirando las nubes sobre sus cabezas que solo se oscurecieron a medida que pasaba el tiempo. –Esta fue una muy buena idea–, sonrió mientras algunos pájaros volaban sobre sus cabezas.
–Pensé que lo sería–, se rió suavemente, disfrutando enormemente de la cantidad de felicidad que ella sentía. Luego, la oscuridad se apoderó del cielo, suaves gotas de lluvia comenzaron a caer de él. Athena, teniendo una idea, se sumergió bajo la superficie una vez más. y se hundió bastante hacia abajo. Luego volvió a subir a la superficie y observó las pequeñas ondas creadas por las gotas que rodeaban todo a su alrededor. La oscuridad del océano hizo que la pequeña luz que venía de la parte superior de las aguas fuera aún más prominente, colecciones de luz amarillenta esparcida por las aguas, parecía una pintura, para la cual ella sería la niña mantenida en la oscuridad pero rodeada por la absoluta belleza y felicidad de la naturaleza.
Una vez que salió a la superficie de nuevo, apartándose el cabello lleno de agua de su rostro, vio a Jasper... nada que había estado mirando en la misma dirección durante unos buenos minutos. Ella se coló detrás de él apoyando la cabeza en su hombro mientras envolvía sus piernas alrededor de su torso abrazándolo por detrás mientras miraba en la misma dirección que él. –¿Qué estás mirando con tanta atención?
–La lluvia–, susurró de vuelta, con una sonrisa a juego en su rostro. Cayó en el recuerdo del día en el claro, recordando la sensación de todo. Cómo se había abierto a él por primera vez, dejándolo presenciar algo que había pensado que era tan especial para ella durante tanto tiempo. No mucha gente sabía acerca de la habilidad del vampiro para ver el arcoíris a través de las gotas de lluvia, no es que ella se quejara. Hizo que las pequeñas cosas fueran especiales para ella y para cualquiera que pensara que merecía saber el secreto. –Alguien me dijo una vez que me perdería muchas cosas si no me detenía a verlo de vez en cuando.
–Suena como una persona muy sabia–, respondió ella con un pequeño asentimiento, volviendo a colocar la barbilla en su hombro.
–Eh, ella está bien–, se encogió de hombros en broma y una falsa molestia inmediatamente inundó sus venas. Ella se rió sarcásticamente y luego tomó un puñado de agua y lo salpicó como una forma de venganza.
Y bueno, como probablemente puedas decir, eso comenzó una pelea de agua de veinte minutos que terminó con ella tratando de alejarse nadando. Pero él la atrapó muy pronto, envolvió sus brazos alrededor de su cintura y la atacó con besos victoriosos que ella simplemente no pudo evitar. La felicidad que ella siempre sintió se la pasó a él, nunca se fue porque ese momento mirándola a los ojos mientras quitaba el cabello empapado de su rostro quedaría grabado en su mente para siempre.