18 - Listo

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LAS DOS Vampiras y Bella llegaron a Phoenix después de escuchar muchos ciclos de las mismas canciones en la radio durante demasiado tiempo. Alice reservó una habitación y todas se dirigieron a ella, asegurándose de que ningún olor a vampiro permaneciera en ninguna parte de la habitación en la que habían entrado. Bella se dirigió al baño, queriendo refrescarse después del viaje en auto y probablemente tratar de llamar a Edward, lo cual le habían desaconsejado varias veces. Sin embargo, Athena no la culpaba por estar ansiosa, sentía lo mismo por Jasper, ya que no le había enviado un mensaje de texto desde la conversación inicial. La preocupación siempre estuvo en el fondo de su mente durante el viaje, pero ahora, sin nada más que hacer que estar nerviosa en todo momento, no podía evitar sentirse tan ansiosa que incluso la música ya no la ayudaría.

Después de dos días de completo aburrimiento y preocupación de las tres partes, el teléfono de Alice comenzó a sonar desde la otra habitación donde Bella y Athena estaban sentadas en ese momento. Cogió el teléfono y habló durante unos minutos, obteniendo información tan rápido que incluso a Athena le costó entender parte de ella. Finalmente, Alice entró en la habitación y le entregó el teléfono a Athena sin decir una palabra ni dar una pista de quién podría ser. El identificador de llamadas no ayudó de ninguna manera, dado que probablemente se trataba de una broma interna. Presionó el teléfono contra su oído. –Supongo que no tuviste tiempo de abrir mis mensajes.

Ella suspiró aliviada mientras se levantaba, el vampiro entrando al baño para poder estar sola. Luego, una vez que la ansiedad había abandonado por completo su cuerpo, volvió a la acusación que él le había hecho. Ella frunció el ceño, abriendo la ventana como una mosca que quería salir, –No me enviaste un mensaje de texto.

Lo hice, te llamé antes que Alice. No contestaste–. Podía sentir su diversión en el teléfono mientras metía la mano en su bolsillo, sacando el teléfono que había estado descansando sobre su rodilla anteriormente. Tal como ella pensaba, el teléfono estaba tan dañado que no habían llegado mensajes ni teléfonos que explicaran la falta de llamadas de Billy.

–Estúpido teléfono, está roto–, suspiró enojada, preguntándose cómo pudo haber sido tan estúpida para no darse cuenta de que el tiempo había dejado de cambiar por completo.

Él se rió entre dientes, –Te conseguiremos uno nuevo cuando todo esto termine.

–¿Cómo va la caza?– preguntó Athena, eligiendo ignorar la culpa que burbujeaba en su mente por lo que él había dicho. Para ella, en este momento, no era probable que hubiera un después.

Jasper suspiró molesto, –Perdimos el rastro en el mar, nos dirigimos a donde estás para reagruparnos.

Ella levantó una ceja, –¿No tienes idea de a dónde fue? ¿O Victoria?

En lo más mínimo–, hizo una pausa, el sonido del teléfono se silenció por unos momentos. Se preguntó qué había pasado, pero optó por no hablar, por si acaso algo estaba pasando. –Mantente alerta por si acaso.

–Lo haré– ella sonrió cuando su voz llegó a su oído nuevamente, una señal de que una vez más no había pasado nada. La sonrisa se desvaneció cuando Bella dijo su nombre y abrió la puerta, encontrando a Alice garabateando en una hoja de papel mientras se adentraba en las profundidades de una visión, –Alice está teniendo una visión, tengo que irme.

Envíame un mensaje de lo qué es.

–Lo haré–, respondió y luego cerró el teléfono, acelerándose para sentarse junto a Alice.

–Edward dice que sus visiones cambian–, dijo Bella mientras una imagen comenzaba a formarse en el papel frente a ella, las líneas esporádicas de carbón oscuro comenzaron a parecerse a formas mientras Athena miraba a Bella.

WRITER IN THE DARK • JASPER HALE - TRADUCCIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora