—Pues así son las cosas, doctor. Aunque es verdad que deseo ardientemente un hijo, tengo mis motivos para vacilar.
Muir dejó escapar un suspiro.
—¿Te refieres al tío loco de Edie? —El médico rodeó la baranda para atar a los animales con el fin de acercarse a su caballo. Después de ajustar la cincha, miró a Harry por encima de la silla de montar—. Sí, desde luego, no puedes referirte a otra cosa. Yo también he oído esa historia. Pero te digo una cosa, Harry, esa chica no está loca. Yo estuve con Edie cuando ______ nació, y también atendí a la niña en sus primeros años de vida. Ella estaba perfectamente bien hasta que le dio esa fiebre. Esa chica no tiene nada que pueda transmitir a sus hijos. Yo te lo garantizo.
Harry agarró con tal fuerza la baranda que le dolieron los nudillos.
—Podrías estar equivocado.
Daniel se rio entre dientes.
—Hay tantas posibilidades de que me equivoque como de que el agua empiece a correr cuesta arriba. No estoy hablando a la ligera, Harry. Sé perfectamente cuáles serían las consecuencias en caso de equivocarme. Pero te aseguro que no es así. Esa chica era sumamente inteligente antes de padecer esa enfermedad.
—¿Estás seguro de que no es hereditaria?
—Completamente seguro.
Harry dirigió la mirada hacia la casa. Miles de ideas Y posibilidades se agolparon en su cabeza.
—No sé. Dada su condición, si me casara con ella empezarían a correr un montón de rumores. La gente pensaría que soy un hombre libidinoso, Y no les faltarían motivos para ello.
—Tal vez tengas razón. Si te molestan las habladurías, supongo que será mejor que no te involucres en esta situación.
Harry respiró hondo.
—Por no hablar de la responsabilidad que estaría asumiendo. Una chica como ______ debe de dar mucho trabajo. El médico sonrió.
—Es una criaturilla tremendamente dócil, y es feliz cuando la dejan disfrutar de los placeres sencillos de su existencia. Con tu dinero, podrías contratar a una mujer que se quedase en casa para cuidar de ella, Y ni siquiera te darías cuenta de que está viviendo contigo. Es preciso pensar también en el bienestar de ______. Es posible que le afecte un poco el hecho de mudarse a tu casa, pero eso sería mucho menos traumático para ella que si la mandaran a sabe Dios dónde. Viviendo contigo, al menos podría seguir paseando por el bosque que conoce tan bien, Y cuando le apetezca, podría ir a casa a ver a su madre. Tú no eres el responsable de la desgracia que está a punto de sobrevenirle a esa pobre chiquilla, pero, si te casases con ella, podrías facilitarle mucho las cosas.
Harry clavó la mirada en el oscuro bosque que lindaba con el jardín de los Trimble.
—No sé qué decirte, mi querido doctor. —Respiró hondo—. Si llegaras a estar equivocado respecto a la chica... —Se interrumpió, encogiéndose de hombros—. ¿Un niño con problemas mentales? No supe criar bien a Douglas, bien lo sabes. Mira en lo que se ha convertido. La sola idea de educar a un niño con algún tipo de enfermedad... bueno, lo cierto es que me aterroriza.
El doctor inclinó la cabeza para manifestar que estaba de acuerdo con esto. Pero, acto seguido, dio el golpe mortal.
—¿Y si no me equivoco y el niño resulta ser normal? Tendrá que pasar toda su vida en un orfanato, sin ninguna esperanza de que una familia lo adoptase algún día. —El médico se montó en su caballo, poniendo su abrigo sobre la parte delantera de la silla—. Sólo piensa en eso, hombre. Si puedes volverle la espalda, mostrarás lo fuerte que eres, desde luego. Pero espero que puedas dormir bien por las noches.