CAPITULO 31

146 6 0
                                    

Mientras ______ se miraba la cintura, Harry aprovechó la ocasión para observarla detenidamente. En un momento determinado, mientras estaba pintando, habría podido jurar que ella estuvo a punto de soltar una carcajada y, de vez en cuando, la expresión de su rostro daba a entender que podía comprender lo que se hablaba.

No obstante, sus capacidades mentales o la falta de éstas no eran el problema en aquel instante. Lo que importaba era que ella finalmente entendiera qué le estaba haciendo crecer la cintura. Harry supo que ella había entendido el mensaje al ver la expresión de terror que aparecía ahora en sus ojos azules y la manera en que se reclinó en la silla para dejar descansar las manos sobre el abdomen.

Era evidente que se estaba preguntando cómo habría conseguido instalarse dentro de ella un bebé. ¿Cómo podría él explicárselo? ______ metió la yema de uno de sus dedos en su ombligo a través de las delgadas capas de su ropa, y la movió en círculos.

Harry lanzó una mirada a Maddy. Arqueando con expectación sus cejas rojas entrecanas, el ama de llaves lo miró a los ojos.

—Ni se te ocurra —le dijo él.

—Pero ella cree que...

—No me importa si cree que se tragó una semilla y ésta germinó dentro de ella. Yo no voy a hacer un dibujo. Repito, no lo voy a hacer.

—¡Pobre chiquilla!

Harry estaba completamente de acuerdo con estas últimas palabras. Sin lugar a dudas, ______ era una pobre chiquilla, y era verdaderamente vergonzoso que la hubieran puesto en semejante trance.

Al mirarla en aquel momento, casi pudo verla llevando a un bebé en brazos, con su aterciopelada cabeza recostada en el pecho de ella. Aunque fuese una Oops, esto no significaba que fuera incapaz de sentir amor. ¿Quién era él para decir lo que ella pensaba o sentía respecto de algo?

Mientras estas preguntas asaltaban la mente de Harry, otras muchas empezaban a asediarlo, y no tenía respuestas para ninguna de ellas. Sólo sabía, con una repentina y casi cegadora claridad, que Maddy tenía toda la razón: nadie tenía derecho a arrebatar a un bebé de los brazos de su madre. Nadie. Debió de estar loco para considerar siquiera esta posibilidad.

Antes de casarse con ______, se había convencido a sí mismo de que ésta era la única cosa decente que podía hacerse. Lo había considerado un deber, no sólo para con ella, sino también para con el hijo de su hermano. En aquel instante ninguno de aquellos motivos se tenía en pie.

Una sensación abrasadora invadió los ojos de Harry mientras veía que ______ seguía escrutando su ombligo con un dedo. Con un fuerte chirrido de la silla, se puso de pie. Aunque lo hubiera prometido a sus padres, ¿cómo podría ser capaz de separarla del bebé después de que éste naciera?

La respuesta era sencilla: de ninguna manera, no podría hacerlo.

The ______ Song (Harry Styles) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora