El médico se incorporó y se frotó los ojos para intentar espantar el sueño, aparentemente sin prisa alguna.
—No me vendría nada mal un café.
—¿Un café? —Harry cogió al hombre del brazo y lo hizo levantarse del sofá de un tirón—. ¡Mi esposa está a punto de dar a luz! No tienes tiempo para tomar el puñetero café.
Diez horas después y tras varias tazas de café, ______ se puso de parto. Para desgracia de Daniel, Harry se negó a apartarse de su lado. Por lo general, no permitía que los padres asistieran al parto. Sabía por experiencia que la mayoría de los hombres al final no podía soportarlo y, hasta entonces, Harry no había mostrado indicio alguno de ser la excepción. Sin embargo, cuando los dolores de ______ empeoraron, Harry intervino y capeó bastante bien la tormenta, aparentemente sereno y haciendo todo lo posible por tranquilizar a la muchacha cuando sintió miedo.
—Todo va bien, mi amor —le dijo una y otra vez—. Yo estoy aquí.
Al verlos juntos, Daniel comprendió que había subestimado el amor que sentían el uno por el otro. Independientemente de la intensidad del dolor, ______ nunca apartó su mirada de Harry ni le soltó la mano. Y, a pesar de estar completamente exhausto, él no se alejó de la chica en ningún momento. No lo hizo para comer ni para descansar, ni siquiera para estirar las piernas.
No obstante, lo que más conmovió a Daniel fue verlos comunicarse por señas. Más de una vez, vio a Harry moviendo los dedos sobre la palma de la mano de ______, hablándole de una manera íntima que nadie más podría interpretar. Daniel imaginó que le estaba diciendo que la amaba.
Cuando por fin el momento culminante llegó, Daniel trajo al mundo al bebé, pero fue Harry quien dio apoyo a ______ a lo largo de la dura prueba; fue su esposo quien le secó la cara y le arregló el pelo; fue él quien puso al bebé en sus brazos.
—Es niño, ______ —dijo con voz ronca—. Es precioso, ¿verdad? Tenemos un hijo.
Cuando Daniel vio las lágrimas en los ojos de Harry Styles , supo que era el momento de salir de la habitación para que la pareja pudiera tener un poco de privacidad. Una vez en el pasillo, se apoyó cansinamente en la pared y clavó su mirada vacía en el suelo. No podía dejar de pensar en ______, en Harry y en su matrimonio. Hasta aquel día había creído que sólo era un acuerdo de conveniencia. Sólo entonces comprendió que no lo era. Si alguna vez había visto a dos personas profundamente enamoradas, eran aquéllas.
Albany... en marzo, ______ se marcharía para asistir a una escuela especial, dejando atrás a su esposo. Daniel sinceramente había creído que eso era lo mejor para la chica. Pero ya no estaba tan seguro.
Al ver el rostro de Harry mientras miraba a su hijo, ______ se llenó de una alegría indescriptible. El tenía a la vez un aire de ternura y una actitud ferozmente protectora. Cada una de las líneas de su rostro se había tensado por la emoción. Entendía perfectamente sus sentimientos, pues ella también los estaba experimentando. Su bebé. Su propio pequeño bebé. En un breve espacio de tiempo, ya quería tanto a aquella personita que tanto amor era casi aterrador.
Harry se arrodilló junto a la cama y los rodeó a los dos con un brazo. Pestañeando para mantener los ojos abiertos, pues estaba totalmente agotada, ______ miró el rostro de su amado y sonrió. Nunca se había sentido tan llena de felicidad. En aquel momento, le dio la impresión de que, por primera vez en su vida, podía amar sin reservas. Había dos personas que la necesitaban. Realmente la necesitaban. Nunca antes se había sentido necesitada.
De niña a mujer... ______ sintió que había hecho esta transición demasiado rápido, de la noche a la mañana. Pero era maravilloso. Medio dormida, recorrió con la mirada las hermosas líneas del rostro moreno de Harry. Luego, miró a su hijo. El calor de su cuerpo diminuto apretado contra su pecho era la sensación más maravillosa que había experimentado en su vida. Concluyó que se parecía a su padre. Estupendo. Sería una pena que se pareciese a ella de mayor.