La mujer ni siquiera pestañeó cuando él le quitó el cubrecama. Siendo un hombre que no dejaba pasar ninguna oportunidad, Harry se aprovechó de su enajenamiento. Puso en juego la boca y lanzó un suave pero implacable ataque sensual para tomar posesión de su tesoro erótico.
Con el primer movimiento de su lengua sobre sus sensibles terminaciones nerviosas, ella dejó escapar un grito. Con el segundo, gimió desde lo más profundo de su garganta. Con el tercero, aferró la sábana que se encontraba debajo de su cuerpo, clavó los talones en el colchón y arqueó las caderas para que él tuviera fácil acceso a su cuerpo. Sus agudos jadeos y guturales gemidos eran los sonidos más dulces que Harry había oído en toda su vida.
—Sí, sí, ______ —susurró con la voz entrecortada—. Entrégate a mí.
—¡Ahhh! —Ella alzó aún más sus caderas, ofreciéndole lo que estaba buscando. Su respiración era cada vez más acelerada y superficial—. ¡Ahhh! ¡Ahhh!
Harry empezó a hacer girar la lengua, con lentitud y firmeza. Ella lo cogió del pelo y empujó hacia arriba, excitada hasta un extremo inimaginable. Acelerando el ritmo, la hizo alcanzar su primer orgasmo, y se maravilló de lo sensible y desinhibida que había resultado aquella excitante criatura.
Cuando ella finalmente apoyó todo su cuerpo en el colchón, agotada y temblorosa, Harry se alejó sólo el tiempo suficiente para quitarse los pantalones. Acto seguido, se apostó entre sus muslos y le agarró las caderas con fuerza, abriéndola con los suaves golpes de su miembro viril. ______ lo miró con una sonrisa placentera, medio inconsciente, con los ojos aún ensombrecidos de placer. Rápidamente, sin darle tiempo de darse cuenta de sus intenciones, entró en ella con toda suavidad.
Harry vio sus ojos abrirse aún más de asombro. Luego, durante varios segundos, sólo fue consciente de la maravillosa sensación de estar dentro de su cuerpo. ______ estaba preparada para él. Ardientes y humectadas por el deseo, las paredes de su útero ciñeron su pene sin ningún retraimiento a causa del reciente orgasmo. Requirió de un gran dominio de sí mismo para no eyacular en aquel mismo instante.
Sus ojos volvieron a enfocar el pequeño rostro de ______, y recordó que era el placer de ella el que debía importarle, no el suyo. Cuidando de no aplastarla con su peso, se apoyó sobre los brazos y logró esbozar una tranquilizadora sonrisa. Acto seguido, se retiró ligeramente para volver a entrar en lo más profundo de su cuerpo. Ella dio un grito ahogado y una vez más agarró con fuerza la sábana. Harry se regocijó con su reacción, y aceleró el ritmo lentamente, penetrándola cada vez más hondo y con mayor fuerza. No quería alcanzar el orgasmo hasta cerciorarse de que ella también lo hubiese alcanzado.
La tensión se fue acrecentando lentamente. Los movimientos de Harry adoptaron un ritmo constante, retirándose para luego volver a penetrar en sus profundidades, siempre atento a la expresión de su rostro, para evitar hacerle daño. No había necesidad de que se inquietara tanto. Con la natural despreocupación que lo cautivó desde el principio, ______arqueó la nuca, gimió de placer, y con sus esbeltas piernas rodeó las caderas de Harry para moverse de forma circular e intensificar el placer de la penetración. El deseo de Harry se convirtió en un dolor insoportable.
Las cosas mejor planeadas no siempre... A pesar de su decisión de mantener el control, cuando ella gritó y lo apretó con sus piernas, el deseo dentro de él estalló en un placer alucinante que no se parecía a nada de lo que había experimentado antes, que no había imaginado siquiera que podía existir.
______... Sus jadeantes gritos revelaron a Harry que estaba alcanzando el orgasmo con él. Luego, las paredes de su útero se contrajeron espasmódicamente. Una luz roja se encendió dentro de su cabeza. Sin poder ver, ni tampoco pensar, se entregó al deseo y se hundió con ella en un remolino de sensaciones.