Durante interminables segundos, ninguno de los dos se movió. El tuvo la terrible sensación de que ella le estaba mirando el alma y que estaba viendo mucho más de lo que él quería.
—Ay, Harry.
—Lo siento —balbuceó Harry una vez más—. Nunca sabrás cuánto lo siento. Douglas es un hombre cruel y abominable. No merece nada de lo que recibe. Pero le di dinero. Sé que debe parecerte una locura. Y quizás todos piensen lo mismo.
Ella se merecía una explicación más detallada, y Harry lo sabía. Pero no parecía ser el momento adecuado para hablar de ello. Y no sabía si alguna vez se presentaría ese momento.
Como si intuyera su confusión, los ojos de ella se ensombrecieron por causa de la inquietud. Él apartó la mirada enseguida, sabiendo que, si no lo hacía, podría terminar contándoselo todo. De repente, le pareció que el aire del cuarto de baño estaba enrarecido. Tenía que salir de allí. Para poder recobrarse del golpe. Para poder aclarar sus sentimientos.
Se esforzó en volver a mirarla.
—No regresará, ______. Lo que ha sucedido esta noche... todo ha terminado entre nosotros, de una vez por todas. No volveremos a verlo.
Ella asintió con la cabeza de manera casi imperceptible, con la mirada llena de preguntas. Preguntas que Harry no podía responder en aquel momento. Él se puso en pie y se pasó una mano por el pelo.
La mirada de ella volvió a posarse en los heridos nudillos de su mano derecha. Una expresión de terror se adueñó de repente de su rostro, indicio de que finalmente había comprendido cómo se había hecho aquellas magulladuras.
—El agua ya debe de estar fría —dijo Harry, aferrándose a cualquier excusa que pudiera ocurrírsele para marcharse de allí—. Deberías salir de la bañera antes de que empieces a temblar de nuevo. Si puedes arreglártelas sola, iré a la otra habitación y encenderé la chimenea para que puedas secarte el pelo.
—Puedo arreglármelas sola.
—Muy bien. Yo... el fuego calentará la habitación.
Alargó la mano para coger el pomo de la puerta que se encontraba detrás de él, lo hizo girar con brusquedad y estuvo a punto de tropezar con sus propios pies al salir de aquel cuarto.
Cuando Harry cerró la puerta del cuarto de baño, una ráfaga de aire recorrió el cuerpo húmedo de ______, haciendo que se le pusiera la carne de gallina en los brazos y los hombros. Su jabón y todos los objetos que él utilizaba para afeitarse estaban en el lavabo junto a ella, y su perfume la envolvía; una mezcla bastante común de malagueta, bergamota y colonia de hombre, que ella sólo asociaba con él.
Harry.
Quedó muy afectado después de ver a su hermano aquella noche. Profundamente afectado. Y, por esto mismo, ella sabía que él la necesitaba como nunca en aquel momento. Si realmente le importaba su Harry, debería salir de la bañera, secarse con la toalla, ponerse el camisón e ir a buscarlo.
Y luego, ¿qué? Cuando se volviera hacia ella, cuando la estrechase entre sus brazos, ¿qué haría si él quería que lo consolara de una manera en que ella no estaba dispuesta a hacerlo? Ya le había dicho claramente en varias ocasiones que quería estar con ella. En el estado de ánimo en que se encontraba en aquel momento, podría presionarla para que lo complaciera.
Una terrible sensación resbaladiza se adueñó del estómago de ______ al pensar en eso, y empezó a temblar de miedo. Después de ver a Douglas hacía apenas un momento, era imposible mantener a raya los recuerdos de lo que le había hecho. Imágenes de sus peores pesadillas se abalanzaron sobre ella tras salir de los rincones más oscuros de su mente. El dolor, la terrible sensación de impotencia y la vergüenza. Lágrimas ardientes empezaron a quemarle los ojos.