Chapter 4

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Buckbeak

Athenea:

Hagrid nos aguardaba en la puerta de la cabaña. Estaba impaciente por empezar, cubierto con su abrigo de piel de topo, y con Fang, un perro jabalinero, a sus pies.

-¡Vamos, daos prisa! -. ¡Hoy tengo algo especial para vosotros! ¡Una gran lección! ¿Ya está todo el mundo? ¡Bien, seguidme! minutos después estábamos ante un prado donde no había nada.

-¡Acercaos todos a la cerca! -gritó-. Aseguraos de que tenéis buena visión. Lo primero que tenéis que hacer es abrir los libros...

-¿De qué modo? -dijo la voz fría y arrastrada de Draco.

-¿Qué? -dijo Hagrid.

-¿De qué modo abrimos los libros? -repitió Malfoy.

-¿Nadie ha sido capaz de abrir el libro? -preguntó Hagrid decepcionado. La clase entera negó con la cabeza.

-Tenéis que acariciarlo -dijo Hagrid, como si fuera lo más obvio del mundo

-.Mirad... Tomó mi ejemplar y desprendió el celo mágico que lo sujetaba. El libro intentó morderle, pero Hagrid le pasó por el lomo dedo índice, y el libro se estremeció, se abrió y quedó tranquilo en su mano.

-¡Qué tontos hemos sido todos! -dijo Malfoy despectivamente-. ¡Teníamos que acariciarlo! ¿Cómo no se nos ocurrió?

-Draco... - lo regañe, no podía creer el tono en el que lo estaba hablando

-Yo... yo pensé que os haría gracia -me dijo, dubitativo.

-¡Ah, qué gracia nos hace...! -dijo Malfoy-. ¡Realmente ingenioso, hacernos comprar libros que quieren comernos las manos!

-Es suficiente Draco, te estás sobrepasando- qué rayos le había pasado a Draco, este no era el niño que recuerdo.

-Cierra la boca, Malfoy -le dijo Harry en voz baja. Hagrid se había quedado algo triste, me dió mucha pena porque se notaba que quería que su primera clase fuera un éxito.

-Bien, pues -dijo Hagrid, que parecía haber perdido el hilo-. Así que... ya tenéis los libros y... y... ahora os hacen falta las criaturas mágicas. Sí, así que iré a por ellas. Esperad un momento...

-Dios mío, este lugar está en decadencia -dijo Malfoy en voz alta-. Estas clases idiotas... A mi padre le dará un patatús cuando se lo cuente.

-Draco ya, tu no eres así - trate de tomarlo de la mano, para que reaccionara pero Harry estaba enojado por todos los comentarios que Draco estaba lanzando y no lo culpo

-Cierra la boca, Malfoy - Draco se acercó a Harry, su forma de caminar me... me hacía sentir una extraña sensación en el estómago, como si un millón de mariposas revolotearan dentro de mí.

- Dementor, Dementor - señaló detrás de Harry y todos giraron al unísono, la expresión de harry tenía matices de miedo, a lo que todos los Slytherin se rieron y todos se pusieron sus capas, movieron sus manos e hicieron ruidos tratando de simular a los dementores. No debería reírme, pero emití una ligera sonrisa por su creatividad, Hermione llevó a Harry con ella. Pero todos centraron su atención a una docena de criaturas que se acercaban trotando en nuestra dirección, eran hipogrifos ando por el prado.

-¿A que son hermosos?- Mencionó Hagrid. Todos tenían colores diferentes: gris fuerte, bronce, ruano rosáceo, castaño brillante y negro tinta.

-Venga -dijo Hagrid frotándose las manos y sonriéndoles-, si queréis acercaros un poco...
Nadie parecía querer acercarse. Harry, Ron, Hermione, y yo nos aproximamos, pero los otros con cautela.

The Last GrindelwaldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora