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La fiesta de fin de año fue organizada por los Zabbini, como era de esperarse fue inspirada en la ópera, hubo una función privada, fuegos artificiales y mucho alcohol. Como el cumpleaños de Blaise estaríamos en el colegio fuimos a una discoteca a celebrar, no recuerdo mucho lo que hice solo sé que Blaise antes de salir nos dio sus famosos brownis.
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Luego de Año Nuevo, tuvimos que volver, pero esta vez el ministerio había organizado una conexión excepcional a la Red Flu para que los estudiantes pudieran volver de manera rápida y segura al colegio. Mis abuelos nos abrazaron con fuerza, como si no quisieran que nos vayamos, mi abuela inclusive tenía lágrimas.
— Los amo mis niños, tienen que cuidarse por favor.
— Nosotros a ustedes.
Me abrazaron con más fuerza.
—Prométeme que tendrás cuidado... y que no te meterás en líos...
—Pero si yo nunca me meto en líos, mamá. Ustedes ya me conocen, me gusta la tranquilidad...
Mis abuelos se rieron. Mi abuelo pidió a Nick y Alexei que cuiden de mi. Y se acercaron a nosotros para...
— respecto a Draco?
— Lo sabemos
— Todos nosotros...
— No lo dejen solo por favor, él necesita a sus amigos
— No se preocupen, nos ocuparemos del rubio oxigenado
Nos reímos, abrazamos y entraron de uno en una a la chimenea en llamas verde esmeralda.
— Ten cuidado hija, se qué quieres destruirlo, pero tienes que pensar qué vas a hacer...
Asentí y grité: «¡A Hogwarts!» Tuvo una última y fugaz visión de la mansión y mis abuelos, juntos como siempre. Antes de que las llamas me tragaran y aparecí en la chimenea del despacho de la profesora McGonagall. Estaba trabajando, y me abrazó.
