The Last Grindelwald

Chapter 88

Familia Black

Si sientes frío
Y hay mucha niebla
Si las estrellas
Esconden su brillo
Si mi princesa
Perdió su castillo

Jugando en la arena
Solo recuerda
Yo voy contigo
Te abrazaré
Cuando te sientas sola

Te enseñare
Como cruzar las olas
Te cuidare si estas dormida
Te encendere una luz en la mirada
Para que nunca te dé miedo nada
Y vuelvas a soñar tranquila — La dulce melodía me envolvía, obligándome a abrir los ojos lentamente. La voz era cálida y reconfortante, como un eco de mis recuerdos más felices.

— ¿Mamá? — susurré con la voz temblorosa y los ojos llenos de lágrimas, incapaz de creer lo que veía. La abracé con fuerza, sintiendo su calidez por primera vez desde que era un bebé. Toda una vida de dolor y pérdida se desvaneció en ese instante. Su abrazo envolvente disipó cada herida, llenándome de una paz y un consuelo que nunca pensé que volvería a experimentar.

— Mi niña, al fin despiertas — dijo, abrazándome con fuerza.

— ¿De qué hablas? ¿Dónde estamos? ¿Qué pasó? ¿Y Voldemort? — pregunté, la confusión y el miedo volviendo de golpe.

— Mi vida, tuviste un mal sueño. Estamos en la mansión, en tu casa — respondió con suavidad, acariciando mi cabello.

— No, él estaba... — comencé, mi mente luchando por reconciliar lo que recordaba con lo que veía.

— Mi vida, Voldemort fue derrotado en la guerra mágica hace mucho tiempo. Ya casi nadie se acuerda de él — dijo, mirándome con ojos llenos de compasión y ternura.

— Es... imposible... — murmuré, sintiendo que el suelo se desvanecía bajo mis pies.

— Claro que no, fue un trabajo entre todos. Cissy, Regulus, Pandora, James, Lily, Severus, Remus, Sirius, y por supuesto, con la ayuda de mis padres, pudimos derrotarlo. Pasará el resto de su vida en una celda sin magia y de máxima seguridad en Nurmengard, al igual que tu tía Bella y todos sus seguidores, solo que en Azkaban.

— No... yo debo... — intenté protestar, sintiendo una urgencia de hacer algo.

— No debes hacer nada. Nos unimos para protegerte. Estás a salvo y es lo único que importa — me interrumpió, apretándome más fuerte. — Así que no te preocupes. Solo fue un mal sueño y mientras mamá y papá estén aquí, tú estarás bien. No tendrás que preocuparte por nada. — Las lágrimas fluían libremente ahora, pero no de tristeza o miedo, sino de alivio. Me aferré a ella, dejando que su calidez y sus palabras me confortaran, permitiéndome finalmente sentirme segura.

— Qué hay de Peter?

— Regulus nos contó sobre su traición, pero suplicó piedad y James y Lily lo perdonaron, así que tiene trabajo comunitario.

— ¿Qué hay de Peter? — pregunté, todavía tratando de entender y distinguir el sueño de la realidad.

— Regulus nos contó sobre su traición, pero suplicó piedad y James y Lily lo perdonaron, así que ahora tiene trabajo comunitario — respondió mi madre con calma, acariciando mi cabello. — Pero te acordarás con el tiempo, tu pesadilla debió ser muy vívida y, como es de esperarse, te dejó un mal sabor de boca, mi niña. Pero todo estará bien, irás recordando y diferenciando la vida real de ese mal sueño.

Ahora... debemos levantarnos... nos están esperando.

— ¿Quiénes? — pregunté, aún confundida.

— Todos, tus tíos y amigos... Draco, Harry, Blaise, Pansy e Izzy.

— ¿Pansy? — repetí, sorprendida.