Errores que Marcan 2
Athenea:
—Ella sabe que te acostaste conmigo cuando aún eran novios —dijo Daphne, su voz cargada de veneno, mirándolo directamente a los ojos.
El ambiente cambió en un segundo. Todos se detuvieron y mi mundo empezó a dar vueltas, mi corazón latía con fuerza, como si estuviera intentando salir de mi pecho.
—¿Qué dijiste? —pregunté, con la voz quebrada, sin poder creer lo que acababa de escuchar. Mis ojos, brillantes de incredulidad, estaban fijos en ella, esperando que lo negara.
Ella miro con una especie de satisfacción que me hizo enojar aún más
—Tu reina te acaba de preguntar algo —intervino Nick, avanzando un paso hacia ella—. Responde, no me obligues a utilizar una poción de la verdad.
—Lo siento... —murmuró.
Mi mundo colapsó en un segundo, era un mar de emociones, la rabia por su cinismo, pero sobre todo la decepción, todo lo que construimos se desmoronó, mi pecho subía y bajaba rápidamente, luchando por contener mis emociones antes de que me ahoguen.
—No... no lo sientes —dije con una calma peligrosa, su voz más baja que un susurro— pero haré que lo sientas.
—Llévensela —ordenó Nick y un par de acólitos de inmediatamente se acercaron a Daphne y desaparecieron con la misma rapidez con la que había llegado por la chimenea
—Amor... —intentó decir, con los ojos llenos de desesperación.
—Dime que no lo hiciste —mi voz temblaba, pero se mantenía firme, sin romperse, aún aferrada a la esperanza de que todo fuera una horrible mentira—. Dime que no es cierto.
Pero el silencio de Draco lo confesaba todo.
—Lo hiciste... —susurré, retrocediendo otro paso, como si él fuera una amenaza, nunca lo había visto así, pero ahora podía ver la verdad, él era el único capaz de acabar conmigo
Draco se acercó, tratando de alcanzarme, pero retrocedí más, como si fuera fuego y no estoy dispuesta a seguir quemándome
—Lo siento, Athenea... Perdóname —dijo desesperado, con la voz rota—. Te juro que no recuerdo nada, tal vez estaba borracho y yo... Tú eres mi mundo, no sé qué haría sin ti, te necesito como el aire para respirar. Pídeme lo que quieras y es tuyo, ¿quieres que el mundo arda? Lo haré. Lo sostendré mientras tú le prendes fuego.
Todas sus promesas, ahora solo eran palabras vacías, nunca imaginé que la persona que más amaba, que más decía querer protegerme, fuera la que más me iba a lastimar. Mis ojos solo reflejan el dolor, la rabia crecía en mi y su tración acabaría conmigo
Draco dio un paso adelante, intentando acercarse, pero retrocedí, como si su toque de alguna forma fuera a quemarme, y creo que así sería.
—Me prometiste que jamás me traicionarías, que acabarías con todo aquel que me lastimara. Pero nunca pensé que debía cuidarme de ti.
Eres una mierda, Draco Malfoy —solté mis palabras llenas de veneno—. Puedes irte al infierno, porque para mí, ya estás muerto. — intenté caminar hacia mi dormitorio, quería irme de este lugar enseguida, pero antes de que pudiera avanzar, Draco se interpuso en mi camino, bloqueándolo—Nick —dije con voz baja, pero llena peligro.
Nick no tardó en reaccionar, avanzando rápidamente hacia Draco con una expresión fría y calculada.
—Debes alejarte de ella —advirtió Nick, su tono bajo, casi una amenaza. Permitiendome avanzar un poco, antes que él vuelva a intentar acercarse
—Athenea... por favor... —Draco intentó una vez más, desesperado por detenerme, por arreglar lo irreparable.
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The Last Grindelwald
FanfictionDe belleza sobrenatural Talento extraordinario Elegante Astuta Inteligente Estratega ...