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La fiesta de celebración fue magnífica, como siempre. Pansy se había vuelto especialista en organizar las mejores fiestas, lamentablemente no estaba ningún Gryffindor por la suspensión de los gemelos y Harry. Pero eso no evitó que los chicos y yo nos divirtamos.
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Por otro lado, Seguía enojada con Draco y no hemos hablado. Tanto que, cuando el mensaje llegó esa tarde, asistí sola a la reunión. Mi abuelo codificó GAGF para que se puedan realizar llamadas específicas por cierto tiempo y que no puedan ser detectadas por el ministerio. Resulta que Hagrid volvió de su misión. Tenía que dar un reporte de lo ocurrido y mis abuelos querían que esté presente y podían acompañarme mis amigos, pero estaban ocupados. Su misión no salió como esperaba, Madam Maxime lo acompañó por un tiempo, pero tuvieron varias complicaciones al tratar con gigantes que se encontraban en las montañas. Cuando iniciamos la reunión Hagrid tenía sangre coagulada en el enmarañado pelo, y su ojo izquierdo había quedado reducido a un hinchado surco en medio de un enorme cardenal de color negro y morado. Tenía diversos cortes en la cara y en las manos, algunos de los cuales todavía sangraban, y se movía con cautela, probablemente tenía costillas rotas. Era evidente que acababa de llegar a casa y no estaba solo, Harry, Ron y Her estaban con él.
- Buenas tardes Sr. Hagrid - saludaron mis abuelos
- Hola Hagrid - saludamos Dumbledore y yo
- Sr Grindelwald, Freya, Dumbledore y Athenea qué bueno verlos... Harry y los chicos ya se iban
- Deberías ir a ver a la señora Pomfrey, Hagrid -terció Her preocupada-. Algunos de esos cortes tienen mala pinta.
-Ya me estoy encargando de ellos, ¿de acuerdo? -respondió Hagrid intentando imponerse.
- Podemos empezar por favor, disponemos de tiempo limitado. - recordó mi abuelo
- Si claro. Como ustedes saben Olympe y yo salimos al terminando Hogwarts, a ella no le importa prescindir de las comodidades. Veréis, es muy fina y siempre va muy bien vestida, y como yo sabía adónde íbamos, me preguntaba cómo encajaría eso de trepar por rocas y dormir en cuevas, pero les aseguro que no la oí rechistar ni una sola vez. Tomamos un mes.
