Chapter 17

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Es una trampa

Athenea:

La coronación fue increíble, no podía creer que el hechizo había funcionado en nosotros. Y que éramos los reyes legítimos. Como estábamos libre, decidimos celebrar la coronación y el cumple de Draco pero solo entre nosotros. Así que fuimos a hacer un picnic cerca del lago negro. También con un hechizo, lo congelamos temporalmente y estuvimos patinando y luego volamos en nuestras escobas. No faltaron las risas. Lamentablemente el día no podía acabar tan bien, ya que la audiencia era hoy. Le llamé a mi padre y me contó que todos los cargos habían sido retirados pero que Cornelius Fudge ya estaba en Hogwarts, que enviaron la notificación con mi lechuza y solo esperaba que llegue rápido, necesitaba que llegue antes de la apuesta de sol, ya que se perdió el juicio de apelación, Hagrid me envió una nota. Draco me obligo a bajara a la Cena, donde todos los Slytherin estaban ya en el gran comedor y dejaron lo que estaban haciendo para mirarnos, esperando que les indiquemos que pueden continuar y así lo hicimos. Gesto que no pasó desapercibido por ninguna de las casas. La carta por fin llegó y faltaba muy poco para la ejecución. Draco insistió en acompañarme, y fuimos corriendo

- Alto-- exclamamos

- Esta ejecución no puede continuar

- Señor Malfoy y Señorita Grindelwald ustedes no pueden estar aquí

- Claro que si, nos llegó una carta del ministerio

- Lucius Malfoy quitó los cargos y mi padre a partir de ahora se hace cargo de la criatura, para evitar cualquier percance

- Al no existir peligro latente, no pueden seguir con la ejecución

Hagrid y Dumbludore estaban felices, nos agradecieron. Inclusive Hagrid nos abrazó, la cara de Draco valió la pena.

--Gracias por acompañarme y ayudarme a conseguir esto. Estábamos subiendo cuando vimos que Hermione y Harry corrían a no se dónde. Harry se dio cuenta de nuestra presencia y me pidió que los acompañe- Casi chocamos con Harry y Her. escuchamos los pasos de unas patas gigantes. sostuve la mano de Draco quién se puso delante mío. Algo se acercaba en la oscuridad: un enorme perro negro de ojos claros. Iba a sacar mi varita al igual que los chicos pero el perro había dado un gran salto y mordió la pierna de Ron y lo arrastró con tanta facilidad como si fuera un muñeco de trapo. Iba a acercarme pero algo nos empujo a Draco y a mi, yo me golpee la cabeza y Draco cayó sobre mi, pero algo le lastimó el brazo. También Harry y Her estaban heridos, solo espero que no estemos donde creo. —¡Lumos! — Merlin no me quiere. El sauce boxeador, de todos los lugares. Al pie del árbol estaba el perro, arrastrando a Ron y metiéndolo por un hueco que había en las raíces.

—Chicos, tenemos que pedir ayuda —gritó Hermione.

—¡No! ¡Este ser es lo bastante grande para comérselo! ¡No tenemos tiempo! Si ese perro ha podido entrar, nosotros también —jadeó Harry,

Tratamos de encontrar un camino a través de las ramas, pero era imposible acercarse un centímetro más sin ser golpeados.
—¡Socorro, socorro! —gritó Hermione, como una histérica, dando brincos sin moverse del sitio—. ¡Por favor...!
Crookshanks dio un salto al frente. Se deslizó como una serpiente por entre las ramas que azotaban el aire y se agarró con las zarpas a un nudo del tronco. De repente, como si el árbol se hubiera vuelto de piedra, dejó de moverse.
—¡Crookshanks! —gritó Hermione—. ¿Cómo sabía...?

—Es amigo del perro —dije—. Los he visto juntos... explico Harry

Vamos Chicos. Saquen sus varitas les pedí, nos arrastramos por un túnel de techo muy bajo, llevaba a una habitación, muy desordenada y polvorienta. El papel se despegaba de las paredes. El suelo estaba lleno de manchas. Todos los muebles estaban rotos, alguien los había destrozado. Todas las ventanas cegadas con maderas.

The Last GrindelwaldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora