Chapter 62

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La navidad con Slughorn

Omnisciente:

Athenea era vitoreaba y aplaudía, la multitud la felicitaba. Varios hombres, se le acercaban, para bailar, darle regalos y ofrecerle alcohol, que como la vez anterior ella tomaba como si no hubiera un mañana. Los demás tomaban, vacilaban y se comían a todo el mundo, incluido Ron y Lavender Brown que se besaban con tanta pasión. Her fue la primera en ver lo ocurrido y salió disparada fuera de la sala común de Slytherin, seguida por Athena y Harry

-¡Hermione!

La encontraron en la primera aula que no estaba cerrada con llave. Se había sentado en la mesa del profesor y la rodeaba un pequeño círculo de gorjeantes canarios que había hecho aparecer de la nada. Athenea estaba orgullosa del talento de su amiga, pero no dudó en abrazarla. Y ella le susurró un Gracias

-¡Hola, Harry! -lo saludó ella con voz crispada-. Sólo estaba practicando.

- Lo haces de maravilla Her

-Sí, ya veo... Son... muy bonitos.

-Ron se lo está pasando en grande en la fiesta.

-Hum... ¿Ah, sí?

-No finjas que no lo has visto. No puede decirse que se estuviera escondiendo, ¿no?

En ese instante se abrió la puerta del aula, Athenea y Harry, horrorizados, vieron entrar a Ron riendo y arrastrando a Lavender de la mano.

-¡Oh! -dijo el muchacho, y se paró en seco al verlos. Ignoró por completo la presencia de Athenea

-¡Uy! Este salón está ocupado -exclamó Lavender, y salió riendo del aula.

-¡Oppugno! -exclamó entonces Hermione desde el umbral, y con la cara desencajada apuntó a Ron con la varita. La bandada de pájaros salió disparada como una ráfaga de balas doradas hacia Ron, que soltó un grito y se tapó la cara con las manos, pero aun así los pájaros lo atacaron, arañando y picando cada trocito de piel que encontraban.

-¡Hermione, por favor! -suplicó el muchacho, pero, con una última mirada rabiosa y vengativa, ella abrió la puerta de un tirón y salió al pasillo, seguida de Athenea, que estaba orgullosa de su amiga. La guió a su habitación en Slytherin, Hermione estaba mal, lloró toda la noche y Harry no dudó en ir a dormir con su amiga, para animarla, Athenea se quedó gran parte con ellos, pero luego Her, le pidió que se fuera a descansar. Athenea terminó en la habitación de Draco, quién no llegó a dormir en toda la noche y eso la desconcertaba más, y no podía dejar de pensar en todo, había fallado, a su familia, sus amigos y evidentemente a Draco, quien probablemente tiene a alguien más. Quería ir a la torre de astronomía, pero no tenía fuerzas para levantarse, solo lloró. Draco por su lado, estaba llevando toda la situación mal, pasaba en la sala de menesteres o en la torre de astronomía, estaba fallando y no estaba dispuesto a vivir si le pasaba algo a sus amigos, su madre y Athenea, necesitaba encontrar una forma, para cumplir con su misión, antes de que sea tarde, pero era inevitable para él no sentirse mal con lo que tenía que hacer, debía acabar con una vida y él no quería. Todos ellos eran solo niños.

Una vez más la nieve formaba remolinos tras las heladas ventanas; se acercaba la Navidad. Como todos los años y sin ayuda alguna, Hagrid ya había llevado los doce árboles navideños al Gran Comedor; había guirnaldas de acebo y espumillones enroscados en los pasamanos de las escaleras; dentro de los cascos de las armaduras ardían velas perennes, y del techo de los pasillos colgaban a intervalos regulares grandes ramos de muérdago, bajo los cuales se apiñaban niñas cada vez que Harry, Draco, Theo o Blaise pasaba por allí, y en su defecto chicos cuando Athenea, estaba cerca, por suerte, había encontrado diversos pasadizos secretos, de modo que no le costaba tomar rutas sin adornos de muérdago para ir de un aula a otra o para tratar de estar sola. Aunque dada la pelea con Ron. Her, pasaba mucho tiempo con ella y con los chicos, Blaise siempre las animaba. El tiempo de convivencia con Crabbe y Goyle era nulo, lo que Athenea amaba, ya que sus amigos cambiaban y mostraban sus máscaras de herederos. La parte mala es que tampoco había visto a Draco, los rumores cada vez eran más fuertes, y se decía que volvió a su etapa de mujeriego, que no se lo veía porque estaba de conquista en conquista, que ya tuvo lo que quería de Athenea, que se aburrió de ella, muchos decían que ya se había tardado, etc.

The Last GrindelwaldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora