La número 1 del mundo [Roger Federer] [#2 HEUS]

1. I'm ready for combat

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I'm ready for combat

2021

No tengo recuerdos definidos en absoluto.

Desde el día que nací que sé que debo ganar en cada una de las cosas que me proponga, y mucha de esas cosas, es el Tenis. Tal vez la principal.

Mi padre suele decir que comparto la misma alma que mi madre, no estoy segura que eso sea bueno. No. Ella era una prostituta, es lo que todos dicen a nuestras espaldas.

Y claramente no quiero tener la misma alma que una prostituta.

Y aquí me encuentro, en el torneo Junior, preguntándome por qué veo la pelota pasar por mi lado dándome la dura derrota.

Giro mi cabeza hacia atrás, notando a mi entrenador cabizbajo y serio. Sé que no le agrado.

Se llama Jack, un hombre de cuarenta y algo, frustrado porque jamás pudo ser tenista. Ser pobre no ayuda en un deporte de élite, muy pocos logran competir con lo que cuestan estos campeonatos. Y sus condiciones económicas, lo limitaron.

Creo que, en cierta parte, le molesta que yo sea rica y no tenga talento para esto.

A todos les molesta que no tengo talento.

Incluso a mi padre, la única persona que asegura amarme más que a sí mismo. Aunque no estoy segura si ama más a mi madre que a mí, y busca en mí, los rasgos de ella.

Me avergüenza pensar que me parezco a ella. Pero debo admitirlo, tengo caderas anchas, pómulos levantados, mandíbula en forma de manzana, nariz pequeña, tez pálida, ojos azul oscuro, cabello castaño claro y una espalda más enorme que cualquier otro tenista.

Saqué algunas cosas de mi padre, como sus finas cejas, su sonrisa inevitable cada cinco minutos, su tono de voz suave y sus manos delicadas con largos y delgados dedos.

Pero a lo que viene el caso, es que esta era mi última oportunidad de demostrar que valgo la pena en el Tenis, y acabo de arruinarlo todo.

Veo a Jessica levantar la copa, feliz de haber ganado e ingresar a la liga profesional con solo diecisiete años.

Y yo aquí, tratando de no llorar, de mantener mi sonrisa.

Es así cómo me educaron en el gobierno. Los profesores particulares me explicaron y enseñaron la importancia de siempre sonreír, que se lo debo a mi pueblo y a mi padre. A la patria, a Dios, y a quién sabe cuántas cosas más que son insignificantes para mí.

A pesar de sonreír, y mostrarme respetuosa con Jessica, por dentro me estoy muriendo de celos y envidia. ¡Puesto que lo daría todo por el primer lugar!

Daría todo el dinero, los años de mi padre, el gobierno, el país y al mismo Dios con tal de tener una escalera directa a la liga profesional.

Lo bueno de todo esto es que no saldré en los periódicos, así como escuché que está saliendo en todos lados la pronta entrada de William Rose a la liga profesional. A nadie le importa la hija de un presidente de un país irrelevante para el resto del mundo. Pero claro, a todos les importa un jovencito americano hijo de los dos tenistas más famosos del mundo.

No muero de celos por él, de hecho, le tengo pena. No podría vivir con la presión de la prensa y del público, ya bastante tengo con mi padre. Y supongo que los padres de él tampoco son agradables.

En fin, regresé a mi hogar en el avión presidencial que no debería ser usado para cosas indiferentes a actos públicos, pero obviamente mi padre es corrupto.