5. Smells like me

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5.

Smells like me (all too well, taylor swift)

No gané porque mi rival fuera inferior, o porque me deslumbré jugando, sino porque ella me llevaba ventaja cuando empezó a presentar mareos, vómitos, y problemas de presión. Fue automáticamente llevada a enfermería ―donde días después descubrieron que era un embarazo―, y el partido se dio por terminado dándome la victoria ya que mi oponente no regresaría a jugar.

Federer no mostró ninguna expresión de decepción sobre mí ―como lo hacía mi padre o mi entrenador de turno cada vez que jugaba tan mal―, como de costumbre, pero al siguiente día, después del largo entrenamiento por las calles de Suiza, tensó su mandíbula y me observó como si esta fuera la última chance.

Me pregunto a mí misma la última chance de qué, aunque puedo leerlo en sus ojos.

―¿Por qué empezaste a jugar Tenis, en primer momento?

―No lo sé ―bajé mi mirada al suelo.

Nos encontramos en el gimnasio de la Academia, con las paredes y pisos grises. Noto algunas de mis compañeras regalándome miradas llenas de odio ―o envidia―. Por supuesto que todas quisieran estar entrenadas por Federer.

Federer es el mejor del mundo, el GOAT, y aquí esta... Entrenando a una niñata rica que apenas sabe jugar. Por supuesto que no es bien visto.

―¿Fue una decisión tuya?

No respondí.

―Ya veo. Se nota que el Tenis no te importa.

Eso me dolió.

Tal vez el Tenis no es mi prioridad, Michael es mi prioridad y estoy muy lejos de él, pero el Tenis sigue siendo algo importante en mí.

Cuando abandoné a Michael, pensar en el Tenis era lo único que me ayudaba a salir de mis pensamientos, era como estar yéndome sin irme.

―Sí me importa ―levanté mi cabeza, aunque no pude sostener mis ojos sobre los suyos por más de dos segundos.

―Bien ―dijo aún serio―. ¿Qué hizo que comenzaras a jugar Tenis?

―No... No lo sé. En verdad no lo sé. Mi papá quería que haga un deporte y, vi una imagen de Maria Sharapova...

―¿Maria Sharapova? Ajá.

Al otro día, después de horas de entrenamiento, me trajo a Maria Sharapova a la puerta del gimnasio. Quedé casi sin habla.

―Partido de tres sets, ahora ―ordenó.

Maria Sharapova es una diosa del Tenis. Y no tengo idea cómo Federer logró que ella aceptara practicar con una niñata como yo.

Rubia, alta, ojos azules, hombros anchos, brazos musculosos, piernas de kilómetros de altura, y una sonrisa encantadora... Pero que su apariencia no engañe; tiene un juego agresivo de saques veloces, violentos y debilitantes para el oponente.

Es la única que siempre pudo y todavía puede ganarle las finales a Serena Williams, y todavía se mantiene en el circuito como la número dos del mundo, solo, por supuesto, detrás de Serena.

Ella fue muy amable conmigo, aunque me observó como si fuera una competencia que no debía darle mucho cariño.

―Hoy apestas jugando, pero mañana serás la mejor de todas ―dijo después de finalizar el partido, que, por supuesto, me ganó fácilmente―. Tienes talento innato, solo que no lo sabes aún.

Quisiera estar de acuerdo, pero no hay nada innato en mí.

La noté hablando a lo lejos con Federer, mientras yo ejercitaba nuevos pasos que me enseñó. No sé de qué hablaban, pero era una conversación fluida y cordial.

La número 1 del mundo [Roger Federer] [#2 HEUS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora