40. US Open I

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US Open I

El aire se siente distinto. Me desperté en Nueva York, con Federer semidesnudo a mi lado, ambos recostados sobre una cama que enfrenta un vidrio donde se puede ver la mitad de Manhattan. Es hermoso. Jamás vi colores tan claros y grises combinarse en extraños edificios y calles.

Todo aquí se siente diferente, incluso no tengo nervios... Es como si estuviera en casa. Lo siento en mis venas: este torneo será mío.

Prendí el televisor desde la cama, solo para ver las noticias, pero ―como siempre― terminé colocando los canales de deporte, y lo dejé en TyC Sports, donde están dos periodistas hablando ―por primera vez no de mí― de Paris Waters.

―Bueno, Bob, dinos, ¿Quién es tu candidata para este US Open?

―Paris Waters. Sin dudas.

El televisor muestra algunos puntos de la joven en partidos de Wimbledon. (Debo admitirlo, son puntos increíbles... pareciera que está bailando en la pista).

―¿Por qué, Bob?

―Solo mira esos puntos... ―siguen mostrando más partidos―. Sabe moverse, es ágil, no usa tanta fuerza pero sí sabe cómo lidiar con la fuerza del rival... Es ella. Ella es la indicada a ganar. Además, ella nació aquí, en Manhattan. Está en su tierra.

―Distinta a Rybana...

―Rybana será muchas cosas pero le falta cabeza. No sabemos qué intentó hacer en la final del torneo pasado pero lo que sí sabemos es que fue humillante tanto para ella como para Federer. Creo que Paris Waters está más a la altura que ella, sí.

―¿Puede que Rybana se haya sentido afectada por ser rusa y no haber jugado Wimbledon?

―Puede ser, pero, si quiere ganarle a Paris Waters... Tendrá que esforzarse.

Federer despertó y me quitó el control remoto de la mano.

―Porquerías ―susurró con los ojos achinados, todavía dormido, y apagó el televisor―. No mires basura.

―¿Desde cuándo me odian?

―No te odian.

―¿No estaban Ryan y Hugh mejorándome la imagen y eso?

―Lleva un tiempo, pero no te odian... Solo encontraron otra tenista de quien hablar, y como siempre, están en busca de un villano.

―¿Y qué hacemos?

―Ganar.

En mi primer día en Nueva York, entrené junto a Federer toda la mañana, mediodía, tarde y noche con descansos de treinta minutos para comer algo liviano y seguir. Llegué a medianoche rendida, casi que no podía levantarme de la cama, justo cuando Federer ―como si no hubiese entrenado a mi par― se recostó a mi lado con toda la energía del mundo y con el teléfono en mano:

―¡Ya salió el cuadro! Te toca primera ronda contra una ucraniana que viene de la clasificación.

―¿Mañana?

―Sí, mañana. Te ubican en la cancha 1... Wow, a Paris Waters la mandan al estadio principal.

―Eso es estúpido, ella ni siquiera es top diez.

―Sí, cierto, pero ganó Wimbledon y es estadounidense... Ya sabes cómo son los americanos.

Rodeo mis ojos.

Rodeo mis ojos

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La número 1 del mundo [Roger Federer] [#2 HEUS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora