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Cincinnati Open II
Me abrí paso hasta Cuartos de Final, donde me encontré a Elena Penko de rival.
―La venciste una vez, sabes cómo hacerlo.
―Profundidad y tiros largos ―dije.
―Exacto ―asintió Federer, caminando a mi lado―. Y recuerda, que la pelota no pique de tu lado doble vez.
―Sí.
Ingresé a la cancha con todas las butacas llenas aplaudiéndome. Escuché a los periodistas de TyC Sports y ESPN diciendo que es la primera vez en el torneo que un partido femenino llena tanto... Pero que no se debe a mi rivalidad con Elena Penko sino únicamente a mí.
Elena apareció con uniforme deportivo multicolor y fluorescente, mientras que por mi lado, tengo un abrigo deportivo de muñeca a muñeca amarillo y falda turquesa ―del mismo color que mis ojos según Ryan y Hugh―.
Comenzamos el partido y antes de sacar volteo a ver a Federer quien ya está sentado en su butaca firmando autógrafos de fanáticos que están sentados alrededor. Él se muestra fresco y positivo. Yo estoy muerta de nervios. Tengo más nervios ahora que la final de Grand Slam de Roland Garros.
―Tranquila ―me susurra a lo lejos, puedo leerlo.
Tragué saliva y asentí. No había tomado dimensión de que estoy a tres partidos de convertirme en la número uno... Hasta ahora.
Vuelvo mi cabeza al saque y lo hago bien, logro defender mi servicio, luego es el turno de ella y se muestra un poco mejor que la última vez que jugamos. Ha mejorado y hoy quiere ganar, no me quiere dejar el camino libre hasta ser la número uno.
Empatamos 1 – 1. La veo segura y decidida, casi con la misma mirada de la primera vez que nos conocimos ―donde ella era superior―, pero casi.
Siguiente servicio. Me cuesta seguirle el ritmo, ella defiende mis saques y me debilita. Empatamos 40 – 40, y entre los nervios y los gritos del público, pierdo mi servicio.
Insulto al aire sin demostrar demasiado a las cámaras y miro a Federer.
―Tranquila ―vuelve a pronunciar.
Pero no estoy tranquila.
Me siento en mi banco, justo un asiento delante de Federer, y él pronuncia detrás de mí en voz baja:
―Debes tranquilizarte, porque de manera contraria, perderás.
Tiene razón. Si no me calmo ahora, quedaré fuera. Así que respiro profundo, recuerdo los consejos de Edward ante una situación de estrés y nervios, y poco a poco me calmo. Regreso a la cancha fresca y casi sin memoria de que estoy perdiendo.
Juego como si estuviese ganando, lanzo como un animal pelotas imposibles de responder y defiendo mi servicio.
―¡Rybana Satek acaba de regresar a la cancha! ―dice irónicamente uno de los periodistas.
Sonrío para mis adentros y en el siguiente servicio, quiebro a Penko. Ahora vamos 2 – 2. Recupero mi saque una vez más, y ella también, y ahora es un 3 – 3.
Me siento a descansar, y esta vez ya sé a dónde tengo que ir. Federer ya no me dice nada, solo sonríe orgulloso de que poco a poco necesito menos de él y más de mí.
Me planteo una estrategia de tomar más riesgos para poder quitarle el servicio, y cuando regresamos a la cancha, el 3 – 3 se convierte en un 4 – 4 y luego en un 5 – 4 a mi favor. Estoy a un punto de ganar el set.
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La número 1 del mundo [Roger Federer] [#2 HEUS]
FanfictionRybana Nazarbáyev nació en 2000, producto de una prostituta rusa que enamoró perdidamente al presidente. Fue la única niña entre todos los niños bastardos que él decidió reconocer. Aun así, su madre falleció a sus dos años de edad, por lo que, el pr...